Papa Vigilio, Segundo Concilio de Constantinopla, 553:
“… tenemos en cuenta lo que fue prometido acerca de la Santa Iglesia y a Aquel que dijo que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (por ellas entendemos como las lenguas mortales de los herejes)…”[1].
Suelen plantearse muchas objeciones en contra de la posición sedevacante, la cual dice que la cátedra de San Pedro está vacante debido a que los “papas” post-Vaticano II no son verdaderos papas, sino más bien antipapas no católicos. Respondemos ahora a las principales objeciones que suelen presentarse contra de esta posición llamada comunmente como sedevacantismo.
RESPUESTA: Indefectibilidad no significa que la Iglesia no puede ser reducido a un remanente, como ocurrió durante la crisis arriana, y tal como se prevé que ocurrirá en los últimos tiempos. Esto no quiere decir que antipapas no puedan reinar desde Roma, como ha ocurrido, o que no pueda haber un período sin un papa. Los herejes son definidos por los papas como las puertas del infierno. Son los que afirman que los herejes pueden ser papas los que sostienen que las puertas del infierno han prevalecido contra la Iglesia. No hay un único dogma que pueda citarse lo que sea contrario a la situación de una falsa Iglesia, encabezada por antipapas que se oponen a la verdadera Iglesia, la cual está reducida a un remanente.
2ª objeción: ¿Cuál es su autoridad para hacer estos juicios? El uso de las declaraciones dogmáticas es una interpretación privada.
RESPUESTA: La autoridad es el dogma católico (explicado). Afirmar que el uso del dogma es interpretación privada está condenado por el papa San Pío X. El Concilio de Trento enseña que los dogmas son reglas infalibles de fe destinadas a todos los fieles, para distinguir la verdad del error y a los católicos de los herejes.
3ª objeción: Usted no puede saber si alguien es un hereje, ni denunciarlo como tal, sin que primero haya un juicio y sentencia declaratoria.
RESPUESTA: Esto se responde y refuta por la enseñanza del papa Pío VI, el caso de Martín Lutero, y la enseñanza de San Roberto Belarmino, etc.
4ª objeción: ¿Qué hay sobre la herejía material? ¿No pueden ser sólo herejes materiales los papas del Vaticano II?
RESPUESTA: No, hay tres razones por las que es absurdo afirmar que los “papas” del Vaticano II son “herejes materiales”. Ellos son absolutamente herejes formales. Esta respuesta incluye una detallada explicación del significado de “hereje material”.
5ª objeción: La Iglesia no puede existir sin un papa, o al menos cuarenta años sin un papa.
RESPUESTA: La Iglesia ha existido cientos de veces sin un papa, y durante años. La respuesta incluye una cita de un teólogo muy conocido tras el Concilio Vaticano I, que dice que la Iglesia podría existir sin un papa durante décadas.
6ª objeción: Las definiciones del Vaticano I sobre la perpetuidad del oficio papal contradicen las afirmaciones de los sedevacantistas.
RESPUESTA: Las definiciones del Vaticano I no contradicen en absoluto la posición de quienes rechazan a los antipapas del Vaticano II; se dan las respuestas a pasajes específicos. De hecho, son sólo los que rechazan a Benedicto XVI los que fielmente profesan los dogmas del Vaticano I, puesto que Benedicto XVI los rechaza totalmente. Es precisamente porque creemos en el Concilio Vaticano I y sus definiciones sobre el oficio papal que debemos rechazar a los antipapas del Vaticano II.
7ª objeción: Nadie puede juzgar a la Santa Sede… por eso los papas del Vaticano II son verdaderos papas.
RESPUESTA: La Santa Sede nos ha dicho que ningún hereje puede ocupar la Santa Sede. Negarlo es juzgar a la Santa Sede. El significado original de la frase se refiere a someter a juicio a un verdadero obispo de Roma, lo que no tiene nada que ver con el reconocimiento de que un hereje manifiesto no puede ser papa. ¡El papa Paulo IV destruye esta objeción en la misma bula que declaró que no se debe aceptar un hereje como papa!
RESPUESTA: Esta cita está completamente sacada de contexto y mal aplicada. En el capítulo siguiente, San Roberto Belarmino dice que un hereje manifiesto no puede ser papa. En el pasaje dado en esta oposición, se trata de un mal papa, no de un hereje manifiesto. Además, los sedevacantistas no deponen al papa. Ellos reconocen que un hereje manifiesto se depone a sí mismo. Los deshonestos promotores de este argumento casi nunca citan la enseñanza de San Roberto en el capítulo siguiente sobre los herejes manifiestos que reclaman ser el papa.
9ª objeción: El papa Liberio cedió ante los herejes arrianos y excomulgó a San Atanasio, sin embargo, él continuó siendo el papa.
RESPUESTA: No es cierto que el papa Liberio cayó en el arrianismo o excomulgó a San Atanasio. Según el papa Pío IX y el papa San Anastasio, Liberio fue falsamente acusado por los arrianos; él se mantuvo fiel a la doctrina católica.
RESPUESTA: Es un hecho dogmático que un hereje no puede ser la cabeza de la Iglesia, ya que es un dogma el que un hereje no es miembro. Un “cardenal bajo excomunión” presupone que la excomunión no es por herejía, puesto que un hereje deja de ser cardenal. Hay muchas cosas por las cuales un cardenal podría ser excomulgado y seguir siendo un cardenal católico: distinción entre excomunión mayor y menor. Esto se hace evidente por el hecho de que Pío XII habla de las “sanciones eclesiásticas”. Los herejes están excluidos del papado no sólo por una ley eclesiástica, sino por la ley divina. Pío XII está hablando de los católicos bajo impedimentos eclesiásticos, no de los herejes. Incluso si concedemos, por el bien del argumento, que Pío XII estaba legislando que los herejes podían ser elegidos (lo que no era), él dice que la excomunión de un cardenal sólo se suspende para el propósito de la elección, y que ella entra en vigor inmediatamente después. Esto significaría ―incluso si se concede por el bien del argumento de que la objeción era correcta―, que el hereje elegido perdería su cargo inmediatamente después de la elección.
11ª objeción: ¿Qué importa si Benedicto XVI sea un papa o no? El problema no es asunto mío.
RESPUESTA: Si este tema no tiene importancia, entonces la nueva misa no importa, el no-catolicismo de la secta del Vaticano II no importa, etc. Por otra parte, si se acepta a Benedicto XVI, Juan Pablo II, etc., como verdaderos papas Ud. ni siquiera puede presentar la fe católica como obligatoria a un protestante. Esto se explica en el dilema devastador.
EL DILEMA DEVASTADOR PRUEBA QUE NI SIQUIERA PUEDE CONSISTENTEMENTE TRATAR DE CONVERTIR A UN PROTESTANTE SI ACEPTA COMO VERDADEROS PAPAS A LOS ANTIPAPAS DEL CONCILIO VATICANO II
12ª objeción: ¿Cómo puede ser todos los cardenales hayan reconocido a un antipapa, como fue en el caso de Juan XXIII (1958-1963)?
RESPUESTA: El papa Paulo IV declara explícitamente que no se puede aceptar como válida la elección de un hereje como papa, incluso si se lleva a cabo con el consentimiento de “todos” los cardenales; demostrando que esta es una posibilidad. Al comienzo de la Gran Cisma de Occidente, todos los cardenales rechazaron al papa Urbano VI y aceptaron al antipapa Clemente VII.
13ª objeción: Juan XXII fue un hereje, que fue denunciado incluso por el cardenal Orsini, sin embargo, él continuó siendo el papa.
RESPUESTA: Juan XXII no fue un hereje, y su reinado no es prueba que los herejes pueden ser papas. Esta respuesta refuta completamente la perversión de este caso que ha sido propuesta por algunos no-sedevacantistas.
RESPUESTA: Al condenar al papa Honorio, ningún concilio dijo que él siguió siendo el papa después de su error. Además, el caso de Honorio es muy diferente del de los antipapas del Vaticano II. Los mismos doctores de la Iglesia que comentan sobre Honorio no vieron nada en su caso para disuadirlos de su posición de que los herejes no pueden ser papas.
RESPUESTA: La gente mal interpreta en que consiste la visibilidad de la Iglesia. Esto no excluye la posibilidad de que la verdadera Iglesia sea reducida a un pequeño remanente, que es precisamente lo que predice la profecía católica y la Sagrada Escritura; y como se vio en la herejía arriana. La jerarquía se mantiene con los pocos clérigos que permanecen fieles a la plenitud de la fe católica. La secta del Vaticano II no puede ser la Iglesia visible de Cristo, de hecho, ¡una de sus herejías es que niega la visibilidad de la Iglesia!
RESPUESTA: Los antipapas del Vaticano II han enseñado muchas herejías manifiestas que son completamente audaces y sin ambigüedades y no requieren comentario (ejemplos). También tienen muchas otras afirmaciones heréticas que se mezclan con la ambigüedad. El papa Pío VI señala que los herejes a menudo hacen esto. Él además señala que algunas herejías son necesarias de analizarlas para condenarlas, un punto que refuta directamente la objeción.
RESPUESTA: Esto simplemente no es cierto. Sólo el Código de Juan Pablo II de 1983 dice esto; el Código de 1917 dice todo lo contrario: la herejía pública depone a un clérigo de su cargo sin ningún tipo de declaración. El que públicamente promovió esta objeción está completamente equivocado.
18ª objeción: El Concilio de Constanza condenó la idea que un hereje deja de ser el papa.
RESPUESTA: No, el Concilio de Constanza condenó la idea de que un hombre simplemente malo deja de ser papa; no se refería al caso de un hereje, ya que el hereje no es un miembro de la Iglesia. Esto es muy diferente de la verdad de que un hereje deja de ser papa. Véase la explicación...
19ª objeción: La Declaración Conjunta con los luteranos no es herejía manifiesta porque Juan Pablo II y Benedicto XVI no la firmaron.
RESPUESTA: La Declaración Conjunta con los Luteranos es absolutamente herejía manifiesta por parte de los antipapas del Vaticano II. Ellos la aprobaron públicamente. El hecho de que no lo firmaran es irrelevante. James Smith pudo elaborar un documento negando la Inmaculada Concepción, y si John Doe lo promueve públicamente (aunque no lo firme) es un hereje manifiesto.
Conclusión: No hay ninguna razón para no aceptar la posición sedevacante o el sedevacantismo |
Hemos respondido detalladamente a las objeciones más comunes esgrimidas contra la posición sedevacante o el sedevacantismo. Podemos ver que no hay nada dentro de la enseñanza de la Iglesia Católica que nos impida aceptar los hechos innegables de que la secta del Vaticano II no es la Iglesia Católica, y que los hombres que han dirigido esta secta (los “papas” post-Vaticano II) no son papas en absoluto, sino unos antipapas no católicos. Por el contrario, hay prueba innegable a favor de esta posición y todas las razones para aceptarla.
[1] Decrees of the Ecumenical Councils, Sheed & Ward and Georgetown University Press, 1990, vol. 1, p. 113.
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Excelente trabajo por el nivel de detalle, claridad, simpleza y fuertemente fundamentado.
Leer producciones como esta, sirven de aliciente, en momentos en que uno pasa por momentos muy difíciles, ya que de alguna manera ayudan a entender un poco más sobre el esfuerzo del cristiano en utilizar, como este caso ustedes, los talentos dados por Dios para la salvación de las almas.
Comparto el texto.
Mil gracias!