Frutos falsos: por qué tener un gran número de sacerdotes no equivale a dar buenos frutos

En 2017, la secta rusa ‘ortodoxa’ vio un número récord de hombres interesados ​​en convertirse en sacerdotes.

“La Iglesia ortodoxa rusa está viendo la mayor cantidad de personas jamás vista capacitadas para el sacerdocio, según una agencia de noticias rusa independiente. El aumento brusco de las admisiones a los seminarios en las 261 diócesis de la iglesia, conocidas como eparquías, significa que se espera que 1.593 ordenandos comiencen los estudios este verano, un 19% más que el año pasado, informó Interfax”. christiantoday.com

Este es otro ejemplo interesante de cómo el número de sacerdotes, asistentes a la iglesia o aparentes ‘vocaciones’ no es una medida para los buenos frutos. Esto es especialmente cierto en nuestros días, en los cuales la batalla principal es por la verdadera fe. Con respecto a este período, Jesús profetizó: “Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?” (Lucas 18, 8). Los verdaderos frutos se encuentran en personas que poseen y están dedicadas a la verdadera fe católica sin comprometerla. Estos se encuentran en personas que, con la verdadera fe católica, viven vidas santas, son devotas, tienen vidas evangelísticas haciendo la voluntad de Dios cada día (en lo que Él les pida que hagan).

Además de la secta rusa ‘ortodoxa’, los grupos de falsos tradicionalistas como la FSSPX, la FSSP, diversos grupos de sedevacantistas heréticos, etc. han visto a un gran número de personas interesadas en convertirse en sacerdotes. La herética FSSPX (que tiene una posición cismática absurda y niega el dogma Extra Ecclesiam Nulla Salus) básicamente ha estado colmada de personas que quieren convertirse en sacerdotes falsos tradicionalistas. Reciben tantas solicitudes que construyeron un nuevo seminario de $40 millones en el que se instruirá a la gente en sus disparates cismáticos.

El seminario herético de la Fraternidad Sacerdote San Pío X (FSSPX) recibe 40 millones de dólares para su construcción

Incluso en la secta tenebrosa y apóstata del Vaticano II, algunos de los grupos novus ordo más ‘conservadores’ (que guardan ciertos aspectos de la tradición litúrgica y del ritual) han visto un número decente o grande de personas interesadas en hacerse ‘sacerdotes’ con ellos. Esto se debe a que la mayoría de las personas están principalmente interesadas por lo externo, no por la voluntad de Dios ni por la fe católica pura y sin mancha. Para ellos, la idea de tener el estatus especial de un sacerdote y de un ‘rebaño’ para guiar tiene un incentivo fuerte. Además, los sacerdotes ‘tradicionalistas’ son tratados como héroes o miembros de la realeza en muchos de los grupos/sectas que valoran la tradición litúrgica. En consecuencia, muchas personas, que carecen de una intención adecuada, se inclinan a convertirse en sacerdotes (herejes) y se hacen ordenar a pesar de que esa no es la voluntad de Dios para ellos. No necesitamos más sacerdotes herejes. No había escasez de sacerdotes cuando sucedió el Vaticano II. Necesitamos más católicos verdaderos – personas que realmente crean en la revelación de Dios.

Por supuesto, esto no es para insinuar que la tradición litúrgica católica sea mala. Todo lo contrario, las exterioridades católicas y la tradición litúrgica son buenas y edificantes. Mejor dicho, el punto es que muchos se engañan al hacer que lo externo sea la prioridad y la medida final.

Estos puntos también se aplican en gran medida a la idea de que, en nuestros días, uno puede calcular adecuadamente los frutos por el número de asistentes a una iglesia. No, no se puede. Si alguien construye una iglesia de cualquier denominación (protestante, ‘ortodoxa’, ‘católica’, etc.), la gente probablemente estará dispuesta a asistir. Considérense las megaiglesias protestantes. La gente casi que de seguro asistirá, incluso si la doctrina es vacía o absurda. Esto se debe a que, para la mayoría de las personas, sentirse como si fueran religiosas (aunque sea un día a la semana) y tener comunión con otras personas los domingos llena un vacío en sus vidas. Lamentablemente, sin embargo, ese es básicamente el alcance de su interés. Como resultado, permanecen fuera de la verdadera fe y en el camino a la perdición.

La advertencia de Jesús acerca de los escribas es aplicable a los grupos antes mencionados, que valoran los aspectos externos más que la voluntad de Dios y la verdadera fe.

Lucas 20, 46-47: “Guardaos de los escribas, que hacen pompa de pasearse con vestidos rozagantes, y gustan de ser saludados en las plazas; y de ocupar las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros puestos en los convites; que devoran las casas de las viudas, con el pretexto de hacer larga oración: éstos serán condenados con mayor rigor”.

Con respecto a Francisco de Fátima - 1917: