¡Por qué la posición: “todas las misas tradicionales que reconocen al antipapa están absolutamente prohibidas” hace que la Nueva Misa sea inútil o drásticamente menos importante que de lo Jesús indica!

vaticanocatolico.com
Hno. Pedro Dimond
Publicado originalmente en inglés el 18 de marzo de 2008

Un “sacerdote” de la secta del Vaticano II disparando “agua bendita” con una pistola de agua

Hay algunos por ahí que dicen que no se puede acudir a ningún sacerdote en absoluto – que reconoce al antipapa Benedicto XVI como el papa – para la comunión o la misa. Además de todos los puntos que hemos dispuesto acerca del tema, aquí presentamos una consideración que creemos nos muestra aún más que tal posición de los cismáticos radicales no tiene sentido. Éste no es un argumento estricto, sino más bien algo por considerar: Si en realidad fuere mortalmente pecaminoso o herético que alguien se acerque a cualquiera de estos sacerdotes que están orando en comunión con un antipapa hereje, ¿por qué, entonces, el demonio insistió en la implementación de una nueva misa?

Jesús lo deja claro que la “abominación de la desolación” en el “lugar santo” (Mt. 24, 15) es una de las características de los últimos tiempos. Es una parte principal de la decepción espiritual que engañará a muchos. Muchos creen que esta “abominación de la desolación” es la nueva misa. Sin embargo, nadie puede negar que la nueva misa, la revolución litúrgica, ha sido un rasgo principal del plan de Satanás – uno de los mayores. Entonces, ¿por qué el demonio ha presionado en tener una nueva misa, si todas las personas se condenarían de todos modos en todas las misas tradicionales por haber rezado en comunión con un antipapa? Si todos ellos cayeron – o hubiesen caído – en pecado mortal, en herejía, etc., por quedarse en una misa tradicional donde se menciona al antipapa, entonces implementar la nueva misa sólo serviría para alertar a más personas de las herejías del Vaticano II y el verdadero carácter de los antipapas. En ese caso, una nueva misa no sería para nada beneficioso para el demonio. Sólo sería más fácil identificar como revolucionario a su secta y antipapas heréticos.

La verdad es que obviamente el demonio impulsó la implementación de una nueva e inválida “misa” porque él reconocía que ella tenía efectos reales de privar a las almas de la salvación. El demonio no quería la misa tradicional, incluso en las iglesias donde se acepta a los antipapas. Él ni siquiera la quería en los lugares donde el antipapa es aceptado porque sabía que ciertas personas – que sostienen la plenitud de la fe y no son comprometedores – podrían ser, han sido y siguen siendo (en ciertos casos) llevados a la salvación por la verdadera eucaristía y la verdadera misa en ciertos lugares donde el antipapa es aceptado, si ellos no aceptan sus herejías ni lo apoyan. El demonio, a través del antipapa Benedicto XVI, sólo ha tratado de devolver la misa tradicional de manera limitada a esta fase avanzada de la apostasía, porque sabe que casi todos los “sacerdotes” que utilizarían el permiso del antipapa Benedicto XVI no son en todo caso válidos y/o son notoriamente heréticos. Pero a través de la mayor parte de la Gran Apostasía, se aseguró de que la misa tradicional casi no se encontrara en ninguna parte incluso en los lugares donde se aceptó a su antipapa.

Una vez más, hacemos hincapié en que esto no quiere decir que se pueda ir a todas las misas tradicionales donde el sacerdote acepta a Benedicto XVI. Muchos de ellos no deben ser atendidos, como se explicó en este artículo. Se trata simplemente de mostrar qué tan alejada está de la verdadera sabiduría aquella posición de que es un pecado mortal ir a cualquier misa tradicional en la que el sacerdote reconoce al antipapa Benedicto XVI [o en día, al antipapa Francisco].

Para regresar a los otros temas: ¿Puede uno recibir los sacramentos en estos tiempos difíciles?

[gview file="https://www.vaticanocatolico.com/libros_catolicos/sacramentos_necesidad.pdf" save="1"]