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Los errores del actual Centro San Benito (de Estados Unidos)
El Centro San Benito fue fundado por el P. Feeney antes del Vaticano II. Como he documentado, cuando estalló la controversia del P. Feeney en Boston, este fue un faro de la verdad acerca del dogma de la salvación. Pero el hecho de que el P. Feeney defendió incondicionalmente esta verdad sobre la salvación en su época no significa, por supuesto, que todo lo que él dijo sobre el tema fuera convincente o correcto. Él estaba equivocado al creer que los catecúmenos podían ser justificados (es decir, puestos en estado de gracia) por el deseo de recibir el bautismo de agua. El P. Feeney sabía que la Iglesia católica enseña infaliblemente que ningún catecúmeno puede ser salvo sin el bautismo de agua (Concilio de Trento, can. 5 sobre el sacramento). Sin embargo, erróneamente pensó que el Concilio de Trento enseñaba que los catecúmenos podían ser justificados por el deseo de bautismo, cuando esto no es así (ver la sección sobre ses. 6, cap. 4). Esta posición errónea —que creo que sostuvo de buena fe y que hubiera cambiado si hoy se le presentaran las evidencias y argumentos que muestran que Trento no enseña que los catecúmenos pueden ser justificados por deseo— le impidió explicar adecuadamente la situación de un catecúmeno "justificado" que no había sido bautizado.
El P. Feeney estaba atrapado en un dilema sin solución debido a su posición errónea de que un catecúmeno puede justificarse sin el bautismo de agua. Los herejes liberales aprovechan al máximo este pasaje de su libro, derramando páginas de tinta con entusiasmo al señalar que el P. Feeney fue inconsistente en este punto. Sin embargo, al hacerlo, solo demuestran su profunda mala fe. Mientras que el P. Feeney cometió un error en este punto sobre la Justificación (creo que de buena fe), los herejes liberales que fingen preocuparse por la integridad doctrinal al señalar este error ¡ni siquiera creen que se deba ser católico ni creer en Cristo para salvarse! Ellos sostienen que judíos, paganos, herejes y cismáticos pueden salvarse sin el bautismo o la fe católica. En pocas palabras: los herejes liberales intentan encubrir su propia creencia herética de que los no católicos pueden salvarse, enfocándose deshonestamente en este único error del P. Feeney mientras ignoran su punto principal, que defendía el dogma de que fuera de la Iglesia no hay salvación y exponía que ellos niegan este dogma, convirtiéndose en completos herejes y pervertidores doctrinales.
Por lo tanto, no nos dejemos engañar por los sacerdotes y obispos herejes que pretenden dar un curso completo sobre el error acerca de la justificación del P. Feeney sin abordar sus propias creencias acerca de si los no católicos se pueden salvar; ellos solo están encubriendo su propia horrible herejía. El obispo Clarence Kelly de la Sociedad de San Pío V (SSPV), por ejemplo, publicó un largo documento y dio una larga presentación enfocándose solo en el error sobre la justificación del P. Feeney, ¡mientras que ninguna vez trata de su propia abominable y herética creencia de que los judíos, budistas, hindúes, musulmanes y protestantes se pueden salvar sin la fe católica (pero más sobre la SSPV luego)!
El error del P. Feeney sobre la Justificación se ha convertido en un problema importante para algunos, especialmente para los miembros actuales del Centro San Benito en Nuevo Hampshire. Los actuales miembros de los dos Centros de San Benito se declaran estar en comunión con la secta del Vaticano II y los obispos que rechazan completamente el dogma fuera la Iglesia no hay salvación. Por lo tanto, y lamentablemente, se encuentran en herejía al mantenerse obstinadamente en comunión con herejes que niegan este y otros dogmas. Además, el Centro San Benito de Richmond, NH, se niega obstinadamente a corregir el error del P. Feeney sobre la Justificación ¡e incluso nos condenan como “herejes” por nuestra posición!
En mayo de 1999, el Centro San Benito (Richmond, NH) nos acusó en su boletín de sostener una “extraña herejía”. Ellos sostienen que si bien el bautismo es absolutamente necesario para la salvación según la ley divina, una persona puede ser regenerada (justificada/nacida de nuevo) por el mero deseo del bautismo. Siguen la conclusión errónea del propio P. Feeney en este aspecto. Creen en un bautismo de deseo que justifica pero no salva, y califican nuestra posición —de que no hay justificación alguna sin bautismo— como herética. La falsedad de tal afirmación hecha por el actual Centro San Benito de Nuevo Hampshire se hace muy clara cuando este tema se examina más profundamente. Por ejemplo, ellos nos acusan de sostener una “extraña herejía” cuando esta fue la enseñanza de san Ambrosio (por no mencionar el dogma católico, como veremos).
San Ambrosio, De mysteriis, 390-391 d.C.:
Lo sorprendente de esto es que el Centro San Benito (Richmond, NH) incluso cita este mismo pasaje de san Ambrosio en su libro para demostrar su posición (Father Feeney and the Truth about Salvation [El Padre Feeney y la Verdad sobre la Salvación], p. 132). De manera que esta posición – que no hay justificación sin el bautismo – es presentada como verdadera por el Centro San Benito cuando citan a San Ambrosio; pero en su boletín llaman a esta misma posición una “extraña herejía” porque desean atacar al Monasterio de la Sagrada Familia. ¡Qué increíble hipocresía!
Esto significa que el Centro San Benito sostiene que, por el mero deseo de recibir el bautismo, se puede: renacer; ser adoptado como hijo de Dios; ser regenerado; recibir la remisión del pecado original; obtener el perdón de sus pecados actuales; estar unido con Cristo; poseer las virtudes infusas de fe, esperanza y caridad; recibir la aplicación de la Sangre de Cristo; y recibir el Espíritu de santificación. Esto es lo que la justificación produce en el alma, según la enseñanza infalible de la Iglesia católica. Y todo esto puede ocurrir por el mero deseo del bautismo según el Centro San Benito, a pesar de que ellos sostienen que esta misma persona debe recibir el sacramento del bautismo para salvarse.
Como ya se ha dicho, no hay duda de que muchos miembros del Centro San Benito, incluyendo al mismo Padre Feeney, sostuvieron esta posición errónea de buena fe en el pasado. Ellos malentendieron la enseñanza del Concilio de Trento en la sesión 6, cap. 4 sobre la justificación. Pensaron que este capítulo enseñaba que la Justificación podía darse por el deseo de bautismo (y ellos sabían que Trento excluyó la posibilidad de la salvación sin realmente recibir el bautismo), por lo que llegaron a la conclusión de que la justificación puede tener lugar por el deseo del sacramento del bautismo, pero que de hecho la salvación puede venir de recibir el bautismo. Sus escritos están llenos de la distinción entre la justificación y la salvación.
A pesar de que esta posición errónea pueda haber sido un sincero intento de defender la enseñanza de la Iglesia sobre la necesidad del bautismo para la salvación (ante lo que ellos equivocadamente creían que era la enseñanza de la Iglesia sobre el deseo como suficiente para la justificación), esta explicación presenta muchos problemas.
1) Trento no enseña que el deseo del bautismo es suficiente para la justificación. Esto ha sido demostrado en este documento. Y esta fue la causa fundamental de su creencia errónea.
2) En la justificación, el espíritu de santificación y la sangre de redención no pueden separarse del agua del bautismo (de fide). Como ya se ha demostrado; el papa san León Magno elimina toda la teoría del Centro San Benito.
Es un dogma definido que nadie puede justificarse sin la sangre de redención (Trento, sesión 5 y 6, Denz. 790; 795). El papa san León define que en la santificación, el espíritu de santificación (la justificación) y la sangre de redención son inseparables del agua del bautismo. Esto significa que no puede haber ninguna justificación – ninguna aplicación de la sangre de redención – sin el bautismo de agua (de fide). No puede haber justificación por deseo.
El Centro San Benito sostiene que un pecador puede tener el espíritu de santificación y la sangre de redención por deseo, sin el bautismo de agua, y por lo tanto contradicen esta declaración dogmática.
3) Fuera la Iglesia no hay remisión de los pecados (de fide). El Centro San Benito sostiene que un catecúmeno sin bautizar está fuera de la Iglesia católica (lo cual es correcto, porque solo el bautismo hace que uno sea miembro). Prueba de esta creencia se encuentra en la página 77 de su libro, Father Feeney and the Truth about Salvation [El Padre Feeney y la Verdad sobre la Salvación]. Sin embargo, aunque afirman que solo a través del Bautismo se puede estar dentro de la Iglesia, sostienen que un catecúmeno sin bautizar puede obtener la justificación (la remisión de los pecados y la gracia santificante) por su deseo de bautismo, mientras aún todavía está fuera de la Iglesia. Esto contradice directamente la definición ex cathedra del papa Bonifacio VIII. Por lo tanto, es herético afirmar, como ellos hacen, que alguien que está fuera de la Iglesia puede tener sus pecados remitidos.
Algunos de los defensores del Centro San Benito han argumentado que solo la parte final de la bula Unam sanctam es solemne (y por lo tanto infalible), no la parte citada anteriormente. Este es un intento desesperado de defender su posición errónea sobre la justificación, y el papa Pío XII lo refuta de manera contundente.
Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi, # 40, 29 de junio de 1943: “Que Cristo y su Vicario constituyen una sola cabeza, lo enseñó solemnemente Nuestro predecesor Bonifacio VIII, de inmortal memoria, por las letras apostólicas Unam sanctam; y nunca desistieron de inculcar lo mismo sus sucesores”[4].
El Papa Pío XII se refiere a la parte de la Unam sanctam que los defensores del Centro San Benito argumentan no es solemne (infalible), y él dice que es “solemne” (infalible). Esto demuestra que la parte de la bula citada anteriormente es, en efecto, solemne e infalible. De hecho, el párrafo de la Unam sanctam que Pío XII se refiere en Mystici Corporis incorpora un lenguaje incluso menos categórico que el párrafo citado arriba sobre fuera la Iglesia no hay remisión de los pecados. Lo esencial es que la enseñanza de la bula sobre la fe es una declaración ex cathedra que nadie puede negar. El Centro San Benito lo niega por su posición de que los catecúmenos se pueden justificar fuera la Iglesia.
4) Los justificados son herederos según la esperanza de la vida eterna (de fide). La Iglesia enseña que quien se justifica es un heredero del cielo. Esto significa que si alguien muere en estado de justificación irá al cielo. El Centro San Benito enseña que una persona puede ser justificada sin el bautismo, pero tal persona todavía no es un heredero del cielo porque todavía no ha recibido el bautismo. Esta posición contradice el dogma.
La verdadera posición es que toda persona verdaderamente justificada es de hecho un heredero del cielo (de fide) e irá al cielo si muere en ese estado, porque solo los bautizados son realmente justificados del pecado.
5) El justificado ha satisfecho plenamente la ley divina y ha merecido el cielo según su estado de vida (de fide). Esto realmente aplasta la posición del Centro San Benito.
La posición del Centro San Benito es que una persona justificada sin el bautismo no está todavía en un estado digno de la salvación y no ha merecido el cielo. Según ellos, él todavía tiene que cumplir la ley divina que requiere el bautismo. Cabe recordar que frecuentemente hacen hincapié en la distinción entre la justificación y la salvación. Pero el Concilio de Trento contradice esto al afirmar que los justificados han satisfecho plenamente la ley divina y han merecido la vida eterna que se obtendrá en su debido momento (si parten de esta vida en estado de gracia). Nada más se requiere para que los justificados lleguen al cielo; solo necesitan mantener el estado de justificación y morir en él. Esto no es coherente con la posición del Centro San Benito, pero es consistente con la enseñanza de la Iglesia (por ejemplo, el papa san León Magno) de que ningún pecador puede ser justificado sin el sacramento del bautismo. Esta cita de Trento en realidad echa por tierra la posición del Centro San Benito.
6) La posesión de la fe, la esperanza y la caridad hace que alguien sea miembro del Cuerpo de Cristo (de fide). De la definición de Trento sobre la justificación del pecador, se aprende que no es posible que un pecador posea las virtudes infusas sobrenaturales de fe, esperanza y caridad sin ser miembro del Cuerpo de Cristo. Estas virtudes se infunden en el momento de la justificación.
Esto significa que, si la esperanza y la caridad se añaden a la fe, esta une perfectamente a una persona con Cristo y la convierte en un miembro vivo del Cuerpo de Cristo. Esto no concuerda con la posición del Centro San Benito, porque ellos sostienen que es posible que la esperanza y la caridad se unan a la fe en un catecúmeno justificado que, sin embargo, no es un miembro del Cuerpo de Cristo.
Dado que estos errores que he descrito tratan de puntos más específicos sobre el tema, no hay duda de que muchos partidarios del Centro San Benito han sostenido – y algunos pueden seguir sosteniendo – estos errores de buena fe, mientras afirman el dogma de que la fe católica y el bautismo son necesarios para la salvación. Sin embargo, no pueden mantener lícitamente estos errores después de que se los hayan señalado. Lamentablemente, los líderes actuales del Centro San Benito, así como muchos de sus afiliados, miembros y escritores, rehúsan corregirse y deben ser considerados herejes. Además, llevan sobre sus cabezas la condena definitiva cuando ellos condenan la enseñanza de la Iglesia descrita arriba como una “extraña herejía”, como lo hicieron en su boletín. Oramos para que los afiliados del Centro San Benito cambien su posición sobre estas materias, así como su herética lealtad a la secta del Vaticano II. Han sufrido persecución injusta por parte de herejes que odian el dogma fuera de la Iglesia católica no hay salvación y la doctrina de nuestro Señor Jesucristo sobre la necesidad del bautismo.
[1] Jurgens, The Faith of the Early Fathers, vol. 2: 1330.
[2] Decrees of the Ecumenical Councils, vol. 1, p. 81.
[3] Denzinger 468‐469.
[4] The Papal Encyclicals, vol. 4 (1939‐1958), p. 45.
[5] Denzinger 799.
[6] Decrees of the Ecumenical Councils, vol. 2, p. 678; Denz. 809.
[7] Denzinger 800.
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Impactante, no miro discrepancias
Martin 3 semanasLeer más...Tiene razón. Gracias por compartir. Y de mi parte lo compartiré para que muchos lo vean.
Verónica Raygoza 3 semanasLeer más...Masturbarse es opuesto e incompatible al verdadero amor a Dios. La opción superadora ante la tentación del placer auto infligido es la oración
Gustavo Suárez 1 mesLeer más...Más claro imposible. Gracias hermanos
Laudem Gloriæ 1 mesLeer más...Esta listo. Gracias.
Monasterio de la Sagrada Familia 1 mesLeer más...Hola. Ya fue publicado. Gracias.
Monasterio de la Sagrada Familia 1 mesLeer más...Cuándo van a publicar el calendario de 2025?
Reynaldo 1 mesLeer más...Dios los bendiga, porfavor suban pronto el calendario 2025 para poder imprimirlo.
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