LAS INCREÍBLES HEREJÍAS DE BENEDICTO XVI EN SU RECIENTE LIBRO (2010) LUZ DEL MUNDO
Benedicto XVI “rezó como los musulmanes hacia la Meca”, (Reuters) Estambul, 1 de diciembre de 2006 – “El papa Benedicto XVI, en medio de elogios, finalizó el viernes una sensible, conciliadora visita a Turquía en la famosa mezquita Azul de Estambul y rezó hacia la Meca ‘como los musulmanes’. … ‘La temida visita concluyó con una fantástica sorpresa’, escribió el diario Aksam en su primera página. ‘En la mezquita Sultán Ahmet, [Benedicto XVI] rezó como los musulmanes vuelto hacia la Meca’…”[1].
Benedicto XVI rezando como un musulmán en dirección hacia la Meca, con los brazos cruzados en un gesto de oración musulmán llamado “gesto de la tranquilidad”, el 30 de noviembre de 2006.
Benedicto XV es Joseph Ratzinger. Él fue uno de los teólogos más radicales en el Vaticano II, donde sus ideas fueron influyentes en el curso revolucionario del concilio.
Karl Rahner (izquierda) junto con Joseph Ratzinger (derecha) en el Vaticano II[2]
En el Vaticano II, Ratzinger estuvo junto con conocidos herejes como Karl Rhaner. Y si bien él (Ratzinger) era sacerdote, no solía presentarse como clérigo, sino de traje y corbata.
Ratzinger fue hecho “cardenal” por Pablo VI en 1977, y se convirtió en prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, cinco años después.
Durante esos años, Ratzinger escribió un gran número de libros. Las herejías de Ratzinger tratadas a continuación han sido obtenidas de muchos de sus discursos y de los 24 libros escritos por él.
Muchos católicos están familiarizados con el hecho de que, en el año 2000, el Vaticano supuestamente reveló el Tercer Secreto de Fátima. La mayoría de los tradicionalistas reconocieron inmediatamente que el llamado “Tercer Secreto” que publicó el Vaticano no era el verdadero Tercer Secreto de Fátima, sino que más bien se había perpetrado un fraude en gran escala. El principal autor del documento que intentaba convencer al mundo de este fraude contra el mensaje de Nuestra Señora en Fátima fue Joseph Ratzinger, Benedicto XVI. |
El documento sobre el llamado “Tercer Secreto”, titulado El Mensaje de Fátima fue de autoría de Ratzinger y del “cardenal” Bertone. Ello fue un intento —como Los Angeles Times se vio forzado a admitir— de “desbaratar” el mensaje original de Fátima. En el documento, Ratzinger se sustenta a un solo erudito de Fátima, el P. Edouard Dhanis. El P. Dhanis sostuvo que gran parte del mensaje de Fátima fueron invenciones de Lucía. Al referirse a Dhanis como su “experto” de Fátima, Ratzinger indicó que él también sostiene que el mensaje de Fátima fue una invención.
Esto revela una de las principales características de Ratzinger. Él es un mentiroso. Él comunicará tener la apariencia de devoción a algo (por ejemplo, Fátima), mientras que trata de destrozar su significado. Él dará la apariencia de conservador, mientras inculca las herejías más abominables. Ahora abordaremos las asombrosas herejías de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI.
LAS HEREJÍAS DE BENEDICTO XVI SOBRE LOS JUDÍOS
Basada en la Escritura y la Tradición, la Iglesia Católica enseña infaliblemente que para tener salvación es necesario creer en Jesucristo y en la fe católica.
Juan 8, 24: “Por esto, os dije que moriréis en vuestros pecados. Sí, si no creéis que Yo soy (el Cristo), moriréis en vuestros pecados”.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, 1439, ex cathedra: “Todo el que quiera salvarse, ante todo es menester que mantenga la fe católica… es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo… el Hijo de Dios, es Dios y hombre”[3].
La Iglesia Católica también enseña infaliblemente que la Antigua Alianza cesó con el advenimiento de Cristo, y fue reemplazada por la Nueva Alianza. El Concilio de Florencia enseña que quienes practican la Ley antigua y la religión judía pecan mortalmente y son “ajenos a la fe de Cristo y en modo alguno pueden ser partícipes de la salvación eterna, a no ser que un día se arrepientan de esos errores”[4].
En el 2001, sin embargo, la Pontificia Comisión Bíblica publicó un libro titulado El pueblo judío y sus Sagradas Escrituras en la Biblia cristiana. Este libro rechaza el dogma de que la Antigua Alianza ha cesado, enseña que la Antigua Alianza sigue siendo válida y que la espera de los judíos por la venida del Mesías (que forma parte de la Antigua Alianza) también sigue siendo válida. Se enseña que Jesús no tiene que ser visto como el Mesías profetizado; que es posible verlo, al igual que los judíos, no como el Mesías y no como Hijo de Dios. |
En la sección II, A, 5, El pueblo judío y sus Sagradas Escrituras en la Biblia cristiana, afirma:
“La espera mesiánica de los judíos no es vana…”[5].
En la sección II, A, 7, El pueblo judío y sus Sagradas Escrituras en la Biblia cristiana, Ratzinger afirma:
“ … leer la Biblia como la lee el judaísmo implica necesariamente la aceptación de todos sus presupuestos, es decir, la aceptación integra de lo que hace el judaísmo, especialmente la autoridad de los escritos y tradiciones rabínicas, que excluyen la fe en Jesús como Mesías e Hijo de Dios […] Los cristianos pueden y deben admitir que la lectura judía de la Biblia es una lectura posible …”[6].
Por consiguiente, según este libro del Vaticano, ¡los cristianos pueden y deberían admitir la posición judía de que Jesús no es el Hijo de Dios y el Mesías profetizado! El prefacio de este libro totalmente herético fue escrito ni más ni menos que por Joseph Ratzinger, el actual renunciado Benedicto XVI. |
¡Este es el anticristo!
1 Juan 2, 22: “¿Quién es el embustero sino el que niega que Jesús es Cristo? Ese es el anticristo…”.
La herejía es un rechazo de un dogma de la fe católica; la apostasía es el rechazo total de la fe cristiana. Este libro contiene a la vez herejía y apostasía, con la plena aprobación de Benedicto XVI.
Benedicto XVI enseña que Jesucristo no tiene que ser visto como el Mesías
Benedicto XVI enseña la negación de Jesucristo en varios de sus libros:
Benedicto XVI, Dios y el mundo, 2000, pág. 209: “Como es natural, también se puede leer el Antiguo Testamento al margen de Cristo, el dedo que lo dirige a Cristo no es tan claro. Y si los judíos no pueden verlo consumado en él, no es sólo por malignidad, sino también por la oscuridad de las palabras… Existen, por tanto, buenos motivos para negar el Antiguo Testamento y decir: «No, no es esto lo que él dijo». Y también buenas razones para reivindicarlo -tal es la disputa existente entre judíos y cristianos-”[7].
Benedicto XVI dice que hay razones perfectamente válidas para no creer que el Antiguo Testamento se refiera a Cristo como el Mesías profetizado. Él dice que el Antiguo Testamento no indica de manera inequívoca que nuestro Señor es el Mesías. Esta es otra negación total de la fe cristiana.
Lo que hace que esta apostasía sea de lo más monstruosa es el hecho de que el Nuevo Testamento está lleno de pasajes que declaran que nuestro Señor es el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. Para citar sólo uno entre muchos, en Juan 5, nuestro Señor concretamente les dice a los judíos que lo que está escrito en el Antiguo Testamento respecto de Él, los condena a ellos.
Juan 5, 39 y 45-46: “Escudriñad las Escrituras, ya que pensáis tener en ellas la vida eterna: son ellas las que dan testimonio de Mí… No penséis que soy Yo quien os va a acusar delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quien habéis puesto vuestra esperanza. Si creyeseis a Moisés, me creeríais también a Mí, pues de Mí escribió Él”.
Pero, según Benedicto XVI, todas esas declaraciones bíblicas de que nuestro Señor es la realización de las profecías del Antiguo Testamento, incluyendo las propias palabras de nuestro Señor, posiblemente son falsas. Según Benedicto XVI, la lectura judía de que nuestro Señor no es el Mesías y que no es el Hijo de Dios anunciado en el Antiguo Testamento, es posible y válida. Esto es totalmente herético, apóstata y anticristo.
Benedicto XVI también niega a Jesucristo en su libro Milestones:
Benedicto XVI, Milestones, 1988, pág. 34: “He comprendido cada vez más que el judaísmo … y la fe cristiana, tal y como es descrita en el Nuevo Testamento, son dos modos de hacer propias las Sagradas Escrituras de Israel que, en definitiva, dependen de la posición asumida frente a la curia de Jesús de Nazaret. La Escritura que denominamos hoy Antiguo Testamento está de por sí abierta a ambas vías…”[8].
Benedicto XVI nuevamente declara que la Escritura está abierta a sustentar la visión judía de que Jesucristo no es el Hijo de Dios. Esta es precisamente la razón de por qué Benedicto XVI enseña repetidamente la herejía de que los judíos no necesitan creer en Cristo para la salvación.
Benedicto XVI, Zenit noticias, 5 de septiembre de 2000: “Estamos de acuerdo en que un judío, y esto es verdadero para los creyentes de otras religiones, no necesita conocer o reconocer a Cristo como Hijo de Dios para salvarse…”[9].
Benedicto XVI, Dios y el Mundo, 2000, páginas. 150-151: “El «no» a Cristo lleva por un lado a los israelitas a una situación de conflicto con la posterior actuación divina, pero al mismo tiempo sabemos que ellos tienen asegurada la fidelidad de Dios. No están excluidos de la salvación…”[10].
Se trata de un rechazo total al dogma católico.
El acto de apostasía pública de Benedicto XVI en la sinagoga alemana
Todo esto son razones de por qué el 19 de agosto de 2005 ―un viernes al mediodía, el mismo día y hora en que Jesús fue crucificado― Benedicto XVI fue a la sinagoga judía en Colonia, Alemania y participó activamente en el servicio de culto judío. Participar activamente en un culto no católico es un pecado contra la Ley Divina y el Primer Mandamiento, como se enseñaba siempre antes del Vaticano II.
San Ambrosio, Sermón 37, Las dos barcas: “La infidelidad de la Sinagoga es un insulto al Salvador. Por eso Él eligió la barca de Pedro, y abandonó la de Moisés, es decir, Él rechazó a la sinagoga infiel, y adoptó la Iglesia creyente”[11].
Benedicto XVI en la sinagoga de los judíos, tomando parte activa en el culto judío el 19 de agosto de 2005[12]
Al participar en un servicio de culto judío, Benedicto XVI cometió un acto público de apostasía. En la sinagoga Benedicto XVI se sentó al frente en un lugar prominente. La sinagoga estaba llena de judíos que fueron para verlo. Benedicto XVI no sólo fue parte integral del servicio de culto judío, él fue su principal figura. Esto es sin duda una participación activa en la religión judía.
Muy cerca a Benedicto XVI, el cantor de la sinagoga rezó y cantó oraciones judías a todo pulmón. Benedicto XVI hizo gestos, como inclinar la cabeza y aplaudir con sus manos, para mostrar su aprobación y participación en el servicio judío. Él se unió a los judíos en la oración Kaddish, y la música Yiddish sonaba como fondo.
Cuando Benedicto XVI se levantó para hablar (y eventualmente para rezar) en la sinagoga, todos se pusieron de pie y lo aplaudieron; ellos lo aplaudieron por la aceptación a su religión. Todo el mundo que vio esto sabe que tiene un significado: Benedicto XVI no tiene ningún problema con el rechazo de los judíos a Jesucristo, y (según él) ellos no tienen obligación de aceptar a Jesucristo para salvarse.
Benedicto XVI enseña que los judíos se pueden salvar, que el Antiguo Testamento es válido, y que Jesucristo no es necesariamente el Mesías. Él es un audaz hereje contra el Evangelio y la fe católica.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Cantate Domino, 1441, ex cathedra: “La Santa Iglesia Romana cree firmemente, profesa y enseña que aquéllos que no están en el seno de la Iglesia Católica, no solamente los paganos, sino también los judíos o herejes y cismáticos, jamás compartirán la vida eterna, e irán irremediablemente al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, a no ser que se hayan unido a la Iglesia antes de morir…”[13].
Benedicto XVI alienta al gran rabino de Roma en su “misión”
Benedicto XVI intercambia regalos con rabinos en Castelgandolfo, 15 de septiembre de 2005[14]
Benedicto XVI, discurso al Gran Rabino de Roma, 16 de enero de 2006: “Distinguido señor rabino jefe, recientemente se le ha encomendado la guía espiritual de la comunidad judía romana; usted ha asumido esta responsabilidad con su experiencia de estudioso y de médico, que ha compartido alegrías y sufrimientos de mucha gente. Le expreso de corazón mis mejores deseos para su misión, y le aseguro mi estima y mi amistad cordial, así como las de mis colaboradores”[15].
Esto es apostasía. ¡Benedicto XVI alienta al Gran Rabino en su “misión”! Él también expresa su estima por el Rabino y su apostolado de rechazo a Cristo.
Benedicto XVI, audiencia general, 17 de enero de 2007: “Durante casi 20 años la Conferencia Episcopal Italiana ha dedicado este día al judaísmo para fomentar el conocimiento y la estima por él y por el desarrollo de relaciones de amistad recíproca entre las comunidades cristiana y judía, un relacionamiento que se ha desarrollado positivamente desde el Segundo Concilio Vaticano y la visita histórica del siervo de Dios Juan Pablo II a la Sinagoga Mayor de Roma… Os invito hoy a todos ustedes a dirigir una ardiente plegaria al Señor para que los judíos y cristianos puedan respetarse y estimarse mutuamente…”[16].
Él habla positivamente de un día dedicado al judaísmo. Ese día, según Benedicto XVI, es para promover la estima hacia el judaísmo (una religión falsa que rechaza a Cristo). Esto es un rechazo absoluto de la fe católica y de Jesucristo.
BENEDICTO XVI ENSEÑA QUE LOS PROTESTANTES Y CISMÁTICOS NO NECESITAN SER CONVERTIDOS
Los herejes y cismáticos, como los protestantes y ortodoxos orientales, se encuentran fuera de la Iglesia Católica y deben convertirse a la fe católica para la unidad y salvación. Es necesario que ellos acepten todos los dogmas y concilios, incluso las definiciones dogmáticas del Primer Concilio Vaticano de 1870. Esta es la infalible enseñanza católica.
Sin embargo, Benedicto XVI enseña que los protestantes y cismáticos orientales no necesitan convertirse y no necesitan aceptar el Concilio Vaticano I. Proporcionaremos contexto extra para esta cita, a pesar de su longitud, ya que se trata de una herejía significativa.
Benedicto XVI como “cardenal” reuniéndose con el patriarca sirio cismático Zakka en 1984[17]
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, páginas 236-237: “Sobre este fondo, pueden ya aventurarse algunas posibilidades con las que podría contar el ecumenismo cristiano de nuestros días. Se detectan, en primer término, con toda claridad, ciertas exigencias maximalistas en las que la búsqueda de la unidad está irremediablemente condenada al fracaso. Sería, por ejemplo, una exigencia maximalista que occidente exigiera al oriente el pleno reconocimiento del primado del obispo de Roma, entendido con toda la plenitud y amplitud con que fue definido en 1870, de tal suerte que las Iglesias ortodoxas quedarían sujetas a una praxis del primado similar al aceptado por las Iglesias unidas. Sería también exigencia maximalista por parte de los orientales pedir que se declarara que la doctrina del primado del año 1870 es un error total, negando, por consiguiente, validez a todas las afirmaciones doctrinales obligatorias fundamentadas en este primado, desde el Filioque del credo hasta los dogmas marianos de los siglos XIX y XX. Sería exigencia maximalista de la Iglesia católica frente a la Reforma declarar nulos los ministerios eclesiales protestantes y exigir, simple y lisamente, la conversión al catolicismo. Y sería también exigencia maximalista del protestantismo a la Iglesia católica pedirle el reconocimiento, sin limitaciones, de todos sus ministerios y que aceptara, por consiguiente, el concepto de ministerio y la concepción de la Iglesia protestante, renunciando así, en términos objetivos, a la estructura apostólica y sacramental. Esto equivaldría a pedir que la Iglesia católica se convirtiera al protestantismo y admitiera la pluralidad de las más contrapuestas formaciones de comunidades como forma histórica de la Iglesia. Mientras que las tres primeras de estas exigencias maximalistas que se acaban de mencionar son rechazadas con relativa unanimidad por todos los sectores del espectro del cristianismo, la cuarta ejerce una cierta fascinación sobre las conciencias, ha adquirido, por así decirlo, una evidencia inmediata, porque hay quienes creen que aquí está, justamente, la solución auténtica de las tareas. Y esto es tanto más válido cuanto que se vincula a esta concepción la esperanza de que un parlamento eclesial, un «concilio auténticamente ecuménico», podría dar cohesión a aquel pluralismo, de modo que se desembocara en una unidad de acción de todos los cristianos. Pero así no se conseguiría ninguna unión real. El único dogma común que de aquí surgiría sería el de la imposibilidad de aquella unión. Cualquier espectador atento descubriría que este camino llevaría no a la unión de las Iglesias, sino a la renuncia definitiva a esta unión”[18].
Tenga en cuenta lo que Benedicto XVI menciona específicamente —y por tanto rechaza rotundamente la enseñanza tradicional de la Iglesia Católica— que los protestantes y los cismáticos de Oriente deben convertirse a la fe católica. Él dice que la conversión y aceptación del Vaticano I y del papado NO es el camino hacia la unidad. Se trata de un rechazo total a la fe católica.
Él repite la misma herejía en la página siguiente de su libro, donde dice que los no católicos no están obligados a aceptar la primacía papal:
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, pág. 238: “Pero, por otra parte, también le resulta imposible contemplar la figura del primado de los siglos XIX y XX como la única posible y obligatoria para todos los cristianos. Esto es lo que intentan expresar los gestos simbólicos de Pablo VI, incluido el de doblar la rodilla ante el representante del patriarca ecuménico [el patriarca cismático Athenágoras]…”[19].
Benedicto XVI se refiere aquí a la primacía papal, y él dice que todos los cristianos no están obligados a creer en la primacía papal como fue definida en el Vaticano I en 1870. ¡Esto significa que Benedicto XVI pretende ser católico y papa mientras sostiene que los herejes y cismáticos no están obligados en creer en el papado! Este es uno de los mayores fraudes de la historia humana. Además, adviértase que Benedicto XVI incluso admite que los gestos ecuménicos de Pablo VI con los cismáticos pretenden mostrar que los cismáticos no tienen que aceptar la primacía papal. Esta es una flagrante negación del Concilio Vaticano I.
Papa Pío IX, Primer Concilio Vaticano, ex cathedra: “… todos los fieles de Cristo deben creer que la Santa Sede Apostólica y el Romano Pontífice poseen el primado sobre todo el orbe… Tal es la doctrina de la verdad católica, de la que nadie puede desviarse sin menoscabo de su fe y salvación”[20].
La propia Iglesia fue fundada por nuestro Señor sobre la primacía papal, como lo declara el Evangelio (Mateo 16, 18-20) y como lo define el dogma católico:
Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 de noviembre de 1302, ex cathedra:
“Someterse al Romano Pontífice, lo declaramos, lo decimos, definimos y pronunciamos como de toda necesidad para la salvación de toda humana criatura”[21].
Las personas deben meditar seriamente cuán grave es que Benedicto XVI sostenga que todos los cristianos no necesitan aceptar la primacía de los papas. Ello sólo prueba que él es un hereje manifiesto. Pero esto se pone incluso peor…
¡Benedicto XVI no sólo niega el dogma de que los no católicos necesitan creer en el papado, sino también cuestiona que los papas sustentan la suprema jurisdicción en la Iglesia!
A lo largo de las varias secciones de su libro, Principios de la Teología Católica, Benedicto XVI se ocupa en analizar en detalle los temas relacionados con los “ortodoxos” orientales (los cismáticos), así como de Lutero, los protestantes, etc. Esas discusiones son fascinantes para nuestros propósitos, ya que constituyen un verdadero documento sobre la posición de Benedicto XVI sobre esos temas. En su discusión sobre los “ortodoxos”, se descubre que Benedicto XVI ni siquiera cree en el dogma del papado. Es importante recordar que los cismáticos orientales (llamados “ortodoxos”) a menudo admiten de buena gana que los papas son los sucesores de san Pedro como obispos de Roma. Muchos “ortodoxos” dicen también que el papa, como obispo de Roma, es el “primero entre iguales” con una “primacía de honor”; pero ellos niegan ―y en esto consiste su principal herejía y cisma― que los papas tienen una primacía de suprema jurisdicción proveniente de Cristo para gobernar la Iglesia entera.
Papa Pío XI, Mortalium animos, # 7, 6 de enero de 1928, hablando sobre los herejes y cismáticos: “Entre ellos hay algunos, si bien pocos, quienes conceden al Romano Pontífice una primacía de honor, o incluso una cierta jurisdicción o potestad, pero ésta, sin embargo, no la consideran originada del derecho divino, sino del consentimiento de los fieles”[22].
Benedicto XVI analiza la posición de esos cismáticos, que rechazan la primacía de jurisdicción suprema de los papas. He aquí lo que él dice:
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, páginas 261-262: “El patriarca Atenágoras [el patriarca no católico cismático] acentúa con más fuerza un matiz, en el discurso de salutación al papa (Pablo VI), en Fanar: «Contra toda esperanza, está entre otros el obispo de Roma, el primero en honor entre nosotros, "que tiene la presidencia en el amor". Es ciertamente claro que el patriarca no abandona aquí el suelo de las Iglesias orientales ni admite un primado de jurisdicción occidental. Pero no es menos cierto que también destaca lo que el oriente afirma a propósito de la secuencia en el rango de jerarquía y derecho de los obispos iguales de la Iglesia y merecería la pena reflexionar si esta fórmula arcaica, que no sabe nada de «primados de jurisdicción», pero sí de un primer puesto de «honor» y ágape, no podría ser valorado como una visión básicamente suficiente en cuanto a la realidad misma acerca de la posición de Roma en la Iglesia: una visión que pide «santo valor» y prudente «osadía»: «El reino de Dios padece violencia»”[23].
¡Lo anterior es una asombrosa y explícita negación del dogma del papado y del canon infalible que citamos después de este párrafo! Benedicto XVI muestra la posición del patriarca cismático que no reconoce la primacía de jurisdicción suprema de los papas, y ¡no sólo nos dice que la posición del cismático es aceptable (como ya hemos visto), sino que la posición cismática puede de hecho ser la verdadera posición del obispo de Roma! En otras palabras, ¡ es posible que el papado (la jurisdicción suprema de los papas por institución de Cristo sobre la Iglesia universal como sucesores de san Pedro) no exista en absoluto! ¡Esto es una asombrosa, increíble y descomunal herejía! |
El hecho de que este hombre reclame ser el papa cuando ni siquiera él cree en el papado es indudablemente uno de los fraudes más grandes de la historia humana. Aquellos que obstinadamente sostienen que este no católico es el papa ayudan a perpetuar este fraude monumental.
Papa Pío IX, Primer Concilio Vaticano, sesión 4, cap. 3, canon, ex cathedra: “Así pues, si alguno dijere que el Romano Pontífice tiene sólo deber de inspección y dirección, pero no plena y suprema potestad de jurisdicción sobre la Iglesia universal, no sólo en las materias que pertenecen a la fe y a las costumbres, sino también las de régimen y disciplina de la Iglesia difundida por todo el orbe, o que tiene la parte principal, pero no toda la plenitud de esta suprema potestad… sea anatema”[24].
¡Benedicto XVI también niega que el papado incluso haya sido considerado válido en el primer milenio y nos dice que ésta es la razón por la cual no podemos obligar a los cismáticos a creer en él!
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, pp. 198-199: “… Dicho de otro modo: Roma no debe exigir de oriente una doctrina del primado distinta de la que fue formulada y vivida en el primer milenio. Si el 25 de julio de 1967, con ocasión de la visita del papa [Pablo VI] a Fanar, el patriarca Atenágoras [el patriarca cismático no católico] le reconocía como sucesor de Pedro y como el primero en honor entre nosotros, y presidente de la caridad, se encuentra ya, en labios de este gran dirigente eclesiástico, el contenido esencial de las sentencias sobre el primado del primer milenio. Y Roma no debe pedir nada más”[25].
Benedicto XVI con el "patriarca" cismático Mesrob II, jefe de la secta cismática “ortodoxa” turca armenia, que rechaza el papado[26]
Esta es otra gran herejía contra el papado y el Vaticano I. Benedicto XVI dice nuevamente que la posición cismática del patriarca no católico Atenágoras, que rechaza el papado y reconoce simplemente al obispo de Roma como sucesor de san Pedro con una supremacía de honor PERO NO DE SUPREMA JURISDICCIÓN, es suficiente. ¡Asimismo, Benedicto XVI dice que la razón por la cual nosotros no podemos esperar que los “ortodoxos” crean en el papado (la primacía de jurisdicción suprema de los papas, y no apenas una supremacía de honor) es porque no era creído en el primer milenio (según él)! Por lo tanto, Benedicto XVI sostiene que la primacía de jurisdicción suprema conferida por Jesucristo sobre san Pedro y sus sucesores es sólo una ficción, una invención de épocas posteriores, no creída en la Iglesia primitiva. ¡Él dice que la posición cismática de Atenágoras ―que sostiene que el sucesor de san Pedro posee una simple primacía de honor― es “la doctrina de la primacía como ella fue conocida en el primer milenio” y que Roma no puede pedir más! Observe cómo Benedicto XVI niega directamente el Concilio Vaticano I, el cual definió que en todas las edades fue reconocida la primacía de jurisdicción:
Papa Pío IX, Primer Concilio Vaticano, sesión 4, cap. 2, ex cathedra: “A nadie a la verdad es dudoso, antes bien, a todos los siglos es notorio que el santo y beatísimo Pedro, príncipe y cabeza de los Apóstoles, columna de la fe y fundamento de la Iglesia Católica, recibió las llaves del reino de manos de nuestro Señor Jesucristo, Salvador y Redentor del género humano; y, hasta el tiempo presente y siempre, sigue viviendo y preside y ejerce el juicio en sus sucesores, los obispos de la santa Sede Romana, por Él fundada y por su sangre consagrada. De donde se sigue que quienquiera sucede a Pedro en esta cátedra, ése, según la institución de Cristo mismo, obtiene el primado de Pedro sobre la Iglesia universal”[27].
Ratzinger (Benedicto XVI) rechaza totalmente este dogma y por consiguiente toda la fe católica.
Volviendo a la enseñanza herética de Benedicto XVI de que los acatólicos no están obligados a creer en el papado, esto también ha sido enseñado por el prefecto para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el “cardenal” Walter Kasper:
“Cardenal” Walter Kasper: “… hoy ya no entendemos el ecumenismo en el sentido de un retorno por el cual los otros ‘serían convertidos’ y regresarían a ser católicos. Esto fue abandonado expresamente en el Concilio Vaticano II”[28].
La declaración de Kasper es tan herética que incluso muchos de los defensores de Benedicto XVI lo han catalogado de hereje. Pero, como hemos visto, Benedicto XVI cree exactamente lo mismo. En la siguiente cita, vemos que Benedicto XVI usa prácticamente las mismas palabras de Kasper en el rechazo al dogma católico.
Benedicto XVI, discurso a los protestantes en el Día Mundial de la Juventud, 19 de agosto de 2005: “Y ahora preguntémonos: ¿qué significa restablecer la unidad de todos los cristianos? […] esta unidad no significa lo que se podría llamar ecumenismo de regreso, es decir, renegar y rechazar la propia historia de fe. ¡De ninguna manera!”[29].
EL "CARDENAL" KASPER Y BENEDICTO XVI RECHAZAN EL ECUMENISMO DE RETORNO – LA CONVERSIÓN DE LOS PROTESTANTES
"Cardenal" Walter Kasper: “… hoy ya no entendemos el ecumenismo en el sentido de un retorno por el cual los otros ‘serían convertidos’ y regresarían a ser católicos. Esto fue abandonado expresamente en el Concilio Vaticano II”[30]. |
Benedicto XVI, discurso a los protestantes en el Día Mundial de la Juventud, 19 de agosto de 2005: “Y ahora preguntamos: ¿Qué significa restaurar la unidad de todos los cristianos?... Esta unidad no significa lo que podría llamarse ecumenismo de regreso: esto es, negar y rechazar la propia historia de fe de uno. ¡Absolutamente no!”[31]. |
Como muestra claramente esta comparación, Benedicto XVI, al igual que el escandaloso hereje “cardenal” Kasper, rechaza abiertamente el “ecumenismo de retorno”, es decir, que los no católicos necesitan regresar a la Iglesia Católica por la conversión y rechazar sus sectas heréticas. Por lo tanto, ambos rechazan, palabra por palabra, la enseñanza de Pío XI:
Papa Pío XI, Mortalium animos, # 10, 6 de enero de 1928: “… la unión de los cristianos no se puede fomentar de otro modo que procurando el retorno de los disidentes a la única y verdadera Iglesia de Cristo, de la cual un día desdichadamente se alejaron…”[32].
Benedicto XVI es formalmente un hereje. Él afirma que los protestantes y los cismáticos orientales no necesitan convertirse y aceptar el Vaticano I. Él rechaza descaradamente la necesidad de la Iglesia Católica para la salvación y la enseñanza dogmática del Concilio Vaticano I.
Por eso Benedicto XVI se une a Pablo VI y a Juan Pablo II en elogiar la anulación de las excomuniones contra los “ortodoxos” y, por tanto, en negar el Concilio Vaticano I
Benedicto XVI, mensaje ecuménico al patriarca cismático de Constantinopla, 26 de noviembre de 2005: “Este año conmemoramos el cuadragésimo aniversario del 7 de diciembre de 1965, día en que el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, desaprobando lo que había ocurrido en 1054, decidieron juntos, en Roma y Constantinopla, "cancelar de la memoria de la Iglesia la sentencia de excomunión que había sido pronunciada”[33].
El año 1054, el patriarca de Constantinopla, Miguel Cerulario, rompió comunión con la Iglesia Católica y con el papa de Roma. Cerulario rechazó la suprema autoridad papal y clausuró las iglesias de rito romano en Constantinopla. Cerulario fue excomulgado por el papa san León IX, formalizándose de esta manera el Gran Cisma de Oriente[34].
Así, lo que "ocurrió en 1054", mencionado por Benedicto XVI arriba, se refiere a las excomuniones formuladas por la Iglesia Católica contra aquellos que siguieron a Miguel Cerulario en el cisma y en el rechazo al papado. Pablo VI “levantó” esas excomuniones al finalizar el Concilio Vaticano II; y Juan Pablo II las elogió y conmemoró muchas veces. Ahora vemos que Benedicto XVI sigue el ejemplo de Juan Pablo II y también conmemora el evento.
Todo esto significa simplemente que Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI han intentado anular el dogma sobre el papado que debe ser creído bajo pena de herejía y excomunión. Pero, como ya hemos visto, el Vaticano I declaró varias veces y en muchas maneras que aquellos que rechazan el dogma del papado son anatematizados, es decir separados de la fe. Por tanto, intentar revocar las excomuniones contra aquellos que todavía rechazan el papado no es más que rechazar la enseñanza del Primer Concilio Vaticano osadamente. Esto significa en palabra y en acción una herejía formal.
Benedicto XVI con una “ministra” luterana
Benedicto XVI reza las vísperas ecuménicas con cismáticos y protestantes y dice que “ama” a la cismática Iglesia ortodoxa
Benedicto XVI rezando vísperas ecuménicas el 12 de septiembre de 2006[35]. Esta es una participación en un culto no católico. Por acto, representa una manifestación de herejía.
Benedicto XVI, discurso durante el servicio de vísperas ecuménico, 12 de septiembre de 2006: “Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Nos hemos reunido cristianos ortodoxos, católicos y protestantes —y con nosotros hay también amigos judíos— para cantar juntos las alabanzas vespertinas a Dios… Esta es una hora de gratitud, porque así podemos rezar juntos los salmos y, dirigiéndonos al Señor, al mismo tiempo también podemos crecer en la unidad entre nosotros… Entre los que participan en estas Vísperas quisiera saludar cordialmente ante todo a los representantes de la Iglesia ortodoxa. Siempre he considerado un don especial de la Providencia el hecho de que, como profesor en Bonn, pude conocer y amar a la Iglesia ortodoxa personalmente a través de dos jóvenes archimandritas: Stylianos Harkianakis y Damaskinos Papandreou, que después llegaron a ser metropolitas. Nuestra koinonia (communion) es ante todo comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo en el Espíritu Santo; es la comunión con el mismo Dios uno y trino, hecha posible por el Señor mediante su encarnación y la efusión del Espíritu. Esta comunión con Dios crea a su vez koinonia entre los hombres, como participación en la fe de los Apóstoles…”[36].
Esta es otra gran herejía de Benedicto XVI. En primer lugar, él participa activamente en la oración y el culto de los acatólicos, lo cual está condenado por el magisterio católico.
Papa Pío XI, Mortalium animos, # 10: “Bien claro se muestra, pues, Venerables Hermanos, por qué esta Sede Apostólica no ha permitido nunca a los suyos que asistan a las asambleas de los acatólicos”[37].
En segundo lugar, él dice que ama a la Iglesia “ortodoxa” ― secta no católica cismática y herética―. ¿Qué puede ser más herético que decir “yo amo a la Iglesia cismática”. A continuación, él indica que los cismáticos y los protestantes tienen una comunión con Dios, una comunión mutua con la fe de los Apóstoles. Esto es totalmente herético. Benedicto XVI es un hereje público en comunión con los acatólicos.
¿La peor herejía de Benedicto XVI? Él reza con el líder mundial de los “ortodoxos” cismáticos y firma una declaración conjunta con él, diciéndole que está en la Iglesia de Cristo
Benedicto XVI abrazando al líder mundial de los “ortodoxos” cismáticos de Oriente, Bartolomé I, en su visita a Turquía en noviembre de 2006
Noticias BBC, 29 de noviembre de 2006: “Benedicto XVI se ha reunido con el patriarca ecuménico Bartolomé I en Turquía, en el segundo día de una visita histórica al país mayoritariamente musulmán. Las conversaciones de Estambul con el líder espiritual mundial de los cristianos ortodoxos tienen como objetivo sanar viejas heridas. Los dos líderes comenzaron su reunión celebrando un servicio de oración conjunta en la iglesia [ortodoxa] de san Jorge en Estambul”[38].
Durante su visita a Turquía en 2006, Benedicto XVI fue a dos catedrales cismáticas y se reunió con tres patriarcas cismáticos, incluido el líder mundial de los cismáticos Bartolomé I, el patriarca ortodoxo oriental del Constantinopla. Benedicto XVI no sólo cometió un acto prohibido de comunicación en cosas sagradas con el cismático, sino que pudo haber cometido una herejía peor en su declaración conjunta con él.
Benedicto XVI, declaración conjunta con el patriarca cismático Bartolomé, 30 de noviembre de 2006: “El encuentro fraterno que hemos mantenido, nosotros, Benedicto XVI, Papa de Roma, y Bartolomé I, Patriarca ecuménico, es obra de Dios y, además, un don que procede de él. Damos gracias al Autor de todo bien por habernos permitido expresar una vez más, en la oración y el diálogo, la alegría de sentirnos hermanos y renovar nuestro compromiso con vistas a la comunión plena. Este compromiso proviene de la voluntad de nuestro Señor y de nuestra responsabilidad de pastores en la Iglesia de Cristo… Por lo que respecta a las relaciones entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla, no podemos olvidar el solemne acto oficial con el que se relegó al olvido los antiguos anatemas, que durante siglos han influido negativamente en las relaciones entre nuestras Iglesias”[39].
¿Se comprende esto? Él dice… “¡nuestra responsabilidad como pastores EN LA IGLESIA DE CRISTO!”. ¿Se podría ser más hereje al afirmar —en una declaración conjunta con el líder mundial de los cismáticos— que el líder cismático, quien rechaza el papado y la infalibilidad papal está “en la Iglesia de Cristo?”.
¡Benedicto XVI hizo este pronunciamiento formalmente herético en una catedral cismática como parte de una declaración conjunta durante una liturgia divina con un conocido cismático! Por lo tanto, es oficial: Benedicto XVI realizo una declaración pública conjunta que se puede rechazar el papado, la infalibilidad papal, el Concilio Vaticano I, etc. y estar en la Iglesia de Cristo. Él es sin duda un hereje público. Cualquiera que niegue esto, a la luz de estos hechos, es también un hereje. Incluso al más deshonesto y endurecido defensor del antipapa Benedicto XVI le será imposible justificar esto.
Papa León XIII, Satis cognitum, # 15, 29 de junio de 1896, Los obispos separados de Pedro y de sus sucesores pierden toda jurisdicción: “Por donde se ve claramente que los obispos perderían el derecho y el poder de gobernar si se separasen de Pedro o de sus sucesores. Por esta separación se arrancan ellos mismos del fundamento sobre el que debe sustentarse todo el edificio y se colocan fuera del mismo edificio; por la misma razón quedan excluidos del rebaño que gobierna el Pastor supremo y desterrados del reino cuyas llaves ha dado Dios a Pedro solamente… Nadie, pues, puede tener parte en la autoridad si no está unido a Pedro, pues sería absurdo pretender que un hombre excluido de la Iglesia tuviese autoridad en la Iglesia”[40].
Estas herejías de Benedicto XVI representan una burla total a todos los santos y mártires que sufrieron por negarse en convertirse en “ortodoxos” orientales.
Por eso Benedicto XVI incluso alienta al patriarca cismático a continuar con su ministerio
Benedicto XVI, discurso, 12 de noviembre de 2005: “En este sentido, os pido, venerables hermanos, trasmitir mi cordial saludo al Patriarca Máximo, primer jerarca de la Iglesia ortodoxa de Bulgaria. Por favor, expresadle mis mejores deseos por su salud y por la feliz reanudación de su ministerio”[41]
Benedicto XVI alienta al patriarca no católico cismático a reanudar su “ministerio”. Además, en su viaje a Turquía, Benedicto XVI recordó el gesto de Juan Pablo II de entregarle las reliquias al cismático. Benedicto XVI dijo que tal acción es un signo de comunión.
Benedicto XVI, discurso al patriarca cismático Bartolomé, 29 de noviembre de 2006: “… San Gregorio Nacianceno y san Juan Crisóstomo… Sus reliquias descansan en la Basílica de san Pedro en el Vaticano, y una parte de ellas fueron entregadas a su santidad para la veneración en esta misma catedral como signo de comunión por el difunto papa Juan Pablo II”[42].
Esto una vez más demuestra que los “gestos ecuménicos” significan un rechazo al dogma en el cual los cismáticos deben aceptar el primado papal para estar en comunión con la Iglesia.
La increíble herejía de Benedicto XVI sobre el “arzobispo” cismático de Atenas
Benedicto XVI, discurso, 30 de octubre de 2006: “Además, me es grato dirigir un saludo, expresión de mis mejores deseos, a Su Beatitud el arzobispo Christódulos de Atenas y de toda Grecia, pidiendo al Señor que sostenga su clarividencia y su prudencia en la realización del delicado servicio que le ha encomendado. A través de él quiero saludar con vivo afecto al Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa de Grecia y a todos los fieles a los que amorosamente sirve con dedicación apostólica”[43].
¡Benedicto XVI dice que Christodoulos, el cismático, no católico “ortodoxo” obispo de Grecia tiene autoridad sobre toda Grecia! Él también indica que los cismáticos son “fieles” y que el Señor le confió al obispo cismático un “exigente servicio”. Aún más, hay que advertirse del asombroso título que aparece en el periódico oficial del Vaticano cuando el obispo no católico fue a visitar a Benedicto XVI. El periódico oficial del Vaticano (citando a Benedicto XVI) se refiere a este arzobispo cismático no católico de Grecia como el “arzobispo de Atenas y de toda Grecia” en grandes titulares que se repiten en todo el periódico. Todo esto es un rechazo absoluto a la enseñanza dogmática católica sobre la unidad de la Iglesia.
MÁS HEREJÍAS DE BENEDICTO XVI CON LOS PROTESTANTES
Benedicto XVI con el “obispo evangélico” protestante Wolfgang Huber in 2005[44]
Nuevamente, Benedicto XVI rechaza explícitamente la conversión de los protestantes en su libro Principios de la Teología Católica.
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, pagina 243: “Significa que el católico no ha de pretender ni la disolución de las confesiones ni la destrucción de las Iglesias del ámbito evangélico (protestantes), sino todo lo contrario, que espera y confía en un fortalecimiento de la confesión y de la realidad eclesial”[45].
Adviértase que Benedicto XVI no quiere la disolución de la religión protestantes y espera que sus integrantes se fortalezcan en sus creencias.
Encuentro de oración ecuménico de Benedicto XVI en la iglesia luterana: Impulsando la principal herejía ecuménica
Benedicto XVI en oración común durante un encuentro ecuménico en un templo luterano en Varsovia el 25 de mayo de 2006; no se confunda con el crucifijo; muchas iglesias luteranas usan crucifijos
Benedicto XVI, discurso en el encuentro ecuménico en la iglesia luterana de Varsovia, 25 de mayo de 2006: “Juntamente con vosotros doy gracias por el don de este encuentro de oración común… nuestras aspiraciones ecuménicas deben estar impregnadas por la oración, el perdón recíproco…Estas palabras del Apocalipsis nos recuerdan que todos estamos en camino hacia el encuentro definitivo con Cristo, cuando él desvelará ante nosotros el sentido de la historia humana…Como comunidad de discípulos, nos encaminamos a ese encuentro, con la esperanza y la confianza de que será para nosotros el día de la salvación, el día que se hará realidad todo lo que anhelamos, gracias a nuestra disponibilidad a dejarnos guiar por la caridad recíproca, que su Espíritu suscita en nosotros…Permitidme que haga referencia una vez más al encuentro ecuménico que tuvo lugar en esta iglesia con la participación de vuestro gran compatriota Juan Pablo II…
Desde aquel encuentro, han cambiado muchas cosas. Dios nos ha concedido dar muchos pasos hacia la comprensión recíproca y el acercamiento. Permitidme atraer vuestra atención hacia algunos acontecimientos ecuménicos que tuvieron lugar en ese tiempo en el mundo: la publicación de la encíclica ut unum sint… la firma en Augsburgo de la "Declaración común sobre la doctrina de la justificación"; el encuentro con ocasión del gran jubileo del año 2000 y la memoria ecuménica de los testigos de la fe del siglo XX ["mártires" protestantes]; la reanudación del diálogo católico-ortodoxo a nivel mundial…la publicación de la traducción ecuménica del Nuevo Testamento y del libro de los Salmos…Constatamos muchos progresos en el campo del ecumenismo y, sin embargo, esperamos siempre algo más”[46].
Hay una gran numero de herejías en este discurso que Benedicto XVI pronunció en la iglesia luterana. Permítasenos resumir rápidamente los puntos principales. Primero, Benedicto XVI fue a un templo protestante y participa activamente en un servicio de “oración común” (en sus propias palabras) con luteranos, otros protestantes y cismáticos “ortodoxos”. La asistencia a un templo luterano consiste en una manifestación de herejía por acción.
Segundo, él menciona el segundo advenimiento de Cristo y dice: “nosotros [es decir, él, los luteranos y “ortodoxos”] nos dirigimos hacia ese encuentro, llenos de esperanza y confianza de que ello será para nosotros el día de la salvación”; en otras palabras, los protestantes y cismáticos a quienes él estaba hablando tendrán salvación. Esto es una completa herejía.
Tercero, él se describe a sí mismo y a los luteranos y “ortodoxos” como una sola comunidad de discípulos: “Como comunidad de discípulos…” Esto muestra que Benedicto XVI es parte de la misma iglesia que los luteranos y cismáticos, es decir, él es parte de una secta no católica.
Cuarto, Benedicto XVI recuerda muchos falsos logros ecuménicos, incluyendo la totalmente herética Declaración conjunta ―destructora del Concilio de Trento― con los luteranos sobre la justificación. Él también recuerda el “memorial ecuménico del siglo XX de los testigos de la fe”, que fue la conmemoración de acatólicos como mártires de la fe. Él también recuerda la Ut unum sint, que está llena de herejías, incluyendo la idea de que hay santos no católicos. Él también promueve una nueva traducción ecuménica de la Biblia. Benedicto XVI es un manifiesto hereje antipapa no católico.
Benedicto XVI alienta al líder de la inválida iglesia anglicana en su “ministerio” y dice que esta secta se basa en la tradición apostólica
Benedicto XVI, discurso al “arzobispo” anglicano de Canterbury, 23 de noviembre de 2006: “Abrigamos la ferviente esperanza de que la Comunión Anglicana siga fundamentándose en los Evangelios y en la Tradición apostólica, que son nuestro patrimonio común… El mundo necesita nuestro testimonio… Que el Señor siga bendiciéndolo a usted y a su familia, y lo fortalezca en su ministerio en la Comunión Anglicana”[47].
La secta anglicana no se basa en la tradición apostólica, sino en la “tradición” adultera de Enrique VIII y el quiebre cismático con la Iglesia Católica. Benedicto XVI alienta en su “ministerio” al líder cismático y hereje de la secta anglicana, y se burla de todos los santos y mártires que sufrieron y murieron por no hacerse anglicanos.
En el Vaticano II, Benedicto XVI también negó que los acatólicos tengan que ser convertidos
Benedicto XVI, Theological Highlights of Vatican II, 1966, páginas. 61, 68: “… Entre tanto, la Iglesia Católica no tiene el derecho de absorber a las otras Iglesias… Una unidad básica —de las Iglesias que permanecen Iglesias, aún convertidas en una Iglesia— debe reemplazar la idea de conversión”[48].
Benedicto XVI no es ni remotamente católico.
Benedicto XVI elogia la “grandeza” del “fervor espiritual” de Lutero
Martín Lutero fue uno de los peores herejes en la historia de la Iglesia. Lutero atacó con ferocidad a la Iglesia Católica y sus dogmas. Mientras que nunca denuncia a Lutero como hereje, Benedicto XVI a menudo habla positivamente de las opiniones de Lutero y hasta las elogia.
En el Vaticano II, Benedicto XVI hasta se quejó de que el documento Gaudium et spes dependiera demasiado de Teilhard de Chardin y no lo suficiente de Martín Lutero[49]. Benedicto XVI también adhirió a la Declaración conjunta con los luteranos sobre la justificación de 1999, la cual declara que la herejía de Lutero sobre la justificación por la sola fe (y muchas otras) de alguna manera ya no están condenadas por el Concilio de Trento.
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 316: “Lo que en él (Lutero), y en virtud de la magnitud de su pasión espiritual, hacía soportable todo lo demás, y lo ordenaba en torno a un centro Cristiano…”[50].
Benedicto XVI alienta a los metodistas a participar de la totalmente herética declaración conjunta con los luteranos sobre la justificación, que rechaza el Concilio de Trento
Benedicto XVI, discurso a los metodistas, 9 de diciembre de 2005: “Me complace la iniciativa que llevaría a las Iglesias miembros del Consejo metodista mundial a adherirse a la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación, firmada por la Iglesia católica y la Federación luterana mundial en 1999”[51].
Como ya se ha dicho, la Declaración conjunta sobre la Justificación con los Luteranos rechaza totalmente el Concilio de Trento al enseñar que sus cánones infalibles ya no se aplican a los luteranos. Benedicto XVI adhiere a este acuerdo protestante y afirma que fue firmado por “la Iglesia Católica”.
Benedicto XVI elogia el monasterio ecuménico de Taizé y dice que deberían crearse más
El monasterio ecuménico de Taizé se encuentra en Francia. Es un monasterio formado por más de un centenar de hermanos de varias denominaciones no católicas, incluidos los protestantes[52].
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 368: …Taizé constituye un magnífico ejemplo de inspiración ecuménica ... De parecida manera, debería ejercitarse también una comunidad de fe y de vida …”[53]).
Por lo tanto, según Benedicto XVI, deben crearse más monasterios ecuménicos no católicos.
Benedicto XVI dio la "comunión" al fundador protestante de Taizé
Benedicto XVI da la "comunión" al hereje público, Hno. Roger Schultz, el protestante fundador de Taizé[54]
Benedicto XVI le dio la "comunión" al Hno. Roger, el protestante fundador de la comunidad de Taizé el 8 de abril de 2005. Y cuando el Hno. Roger murió en agosto de 2005, Benedicto XVI dijo que este protestante hereje fue inmediatamente al cielo.
Benedicto XVI, 17 de agosto de 2005: “El Hno. Roger Schultz [fundador de una secta no católica] está en manos de la bondad eterna, del amor eterno; ha llegado a la alegría eterna …”[55].
Roger abandonó la Iglesia Católica, rechazó sus dogmas durante décadas y se convirtió en el fundador de su propia secta acatólica. Él, sin embargo, fue al cielo según Benedicto XVI. Esto es herejía manifiesta. Benedicto XVI llegó a decir incluso que el herético Hno. Roger nos guía desde el cielo.
Benedicto XVI, discurso a los protestantes en el Día Mundial de la Juventud, 19 de agosto de 2005: “El Hno. Roger Shultz… ahora nos visita y nos habla desde lo alto”[56].
Benedicto XVI también elogió el “testimonio de fe” del Hno. Roger[57]. Si usted cree que Benedicto XVI es un papa católico, ¿por qué no asiste a la iglesia protestante?
Papa san Gregorio Magno: “La santa Iglesia universal enseña que no es posible adorar verdaderamente a Dios excepto en ella y afirma que todos los que están fuera de ella no se salvarán”[58].
¡Benedicto XVI enseña que la “eucaristía” protestante es una eucaristía de salvación!
Benedicto XVI, Convocados en el camino de la FE, 2002, página 255: “Tampoco una teología orientada hacia el concepto de sucesión, como ocurre en la iglesia católica y en la Iglesia ortodoxa, puede negar de ningún modo la actualidad salvífica del Señor en la eucaristía de la cena Evangélica del Señor”[59].
Los protestantes no tienen una eucaristía válida. Ellos no tienen obispos y sacerdotes válidos ya que carecen de sucesión apostólica. Pero Benedicto XVI dice que incluso si uno acepta el dogma católico de la sucesión apostólica, uno no debería NEGAR LA PRESENCIA SALVÍFICA DEL SEÑOR EN LA “CENA DEL SEÑOR” EVANGÉLICA PROTESTANTE. Según Benedicto XVI, los protestantes no están privados de la presencia eucarística salvífica. Esto significa que uno puede tener la presencia eucarística salvífica en el templo local protestante Esta es una asombrosa herejía. |
Juan 6, 53: “En verdad, en verdad, os digo, si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis la sangre del mismo, no tenéis vida en vosotros”.
Benedicto XVI enseña que el protestantismo (el "cristianismo evangélico") salva
Benedicto XVI, Convocados en el camino de la FE, 2002, página 258: “… En cuanto a que la carga de la cuestión de la sucesión [apostólica] no le resta nada al cristianismo evangélico de su dignidad espiritual ni de la fuerza salvífica del Señor en su centro…”[60].
Este es un rechazo descarado del dogma fuera de la Iglesia no hay salvación. Si fuera cierto, no habría ninguna razón para ser católico.
Papa Gregorio XVI, Summo iugiter studio, #2, 27 de mayo de 1832: “Finalmente, algunas de estas personas descarriadas intentan persuadirse a sí mismas y a otras que los hombres no se salvan sólo en la religión católica, sino que incluso los herejes pueden obtener la vida eterna”[61].
Benedicto XVI dice que el protestantismo ya no es herejía
Benedicto XVI, La Fraternidad de los Cristianos, 2004, páginas. 110-111: “La dificultad de dar una respuesta es muy profunda. Radica, en definitiva, en que para el fenómeno del «protestantismo» de nuestro tiempo (algo parecido cabría decir también sobre la relación con las Iglesias separadas de Oriente) no hay aún ninguna categoría adecuada en el pensamiento católico. Es evidente que aquí ya no se puede utilizar la palabra «hereje». En el pensamiento de la Biblia y de la Iglesia primitiva la herejía supone una decisión personal contra la unidad de la Iglesia. Su distintivo esencial es la «pertinacia», la terquedad de quien se instala en su camino especial. Pero esta actitud no es la descripción más acertada de la situación espiritual de los cristianos protestantes. A lo largo de una historia que dura ya algunos siglos, el protestantismo ha sido uno de los factores más serios de la realización de la fe cristiana, que pudo desempeñar un papel positivo en el despliegue del mensaje cristiano y que sobre todo generó en los no católicos la creencia cada vez más grande y profunda de que su alejamiento de la profesión de fe católica no tiene ya nada que ver con la pertinacia que caracteriza al hereje en cuanto tal. Quizás quepa utilizar a este respecto, aunque al revés, la afirmación de san Agustín de que cuando un cisma se hace viejo se convierte en herejía. Esto significa que el puro y simple paso del tiempo cambia el carácter de una división, y que una división antigua se distingue de una reciente de manera esencial y no sólo temporalmente. Un tema que al principio pudo considerarse con razón como herejía, jamás llegará a ser una verdad, pero sí puede desarrollar poco a poco una eclesialidad positiva, que el individuo considera justamente como su Iglesia, y en la que vive como «creyente» y no como «hereje». Ahora bien, esta estructuración que tiene lugar en el individuo acaba transformando también el carácter del todo. Por tanto, no hay que excluir la consecuencia de que el protestantismo actual es algo distinto de la «herejía» en sentido tradicional, un fenómeno cuyo encuadramiento teológico aún está realmente por hacer”[62].
El protestantismo es el rechazo de la mayoría de los dogmas de la fe católica. El protestantismo no solo es herejía, sino la colección más notoria de estas contra la cual la Iglesia ha tenido que luchar.
Papa Pío XI, Rerum omnium perturbationem, n. 4, 26 de enero de 1923: “… las herejías heredadas de la Reforma [protestante]. Es en estas herejías que descubrimos el comienzo de la apostasía de la humanidad de la Iglesia, los tristes y desastrosos efectos que son deplorados, incluso en la hora presente, por cada mente honrada”[63].
Pero Benedicto XVI nos dice que los protestantes no son herejes, y que el protestantismo en sí no es herejía. Esta es una prueba innegable de que Benedicto XVI no es católico, sino un hereje completo. Esta es una de las peores herejías de Benedicto XVI.
Benedicto XVI indica que busca la unidad con los protestantes, respetando la multitud de opiniones
Benedicto XVI, entrevista en Radio Vaticano, 5 de agosto de 2006: “… la Iglesia evangélica [protestante]. Si no me equivoco, en Alemania hay tres comunidades importantes: los luteranos, los reformados y la unión prusiana. También hay varias Iglesias libres y dentro hay movimientos como la “Iglesia confesional” y así sucesivamente. Es, por lo tanto, una colección de muchas voces con las cuales tenemos que entrar a dialogar, buscando la unidad respetando la multiplicidad de voces con las que queremos colaborar”[64].
Él dice que busca la unidad con ellos respetando la multitud de opiniones. Esto indica, una vez más, su posición de que los protestantes no necesitan abandonar sus herejías y que la unidad con ellos no es un “ecumenismo de retorno”.
Benedicto XVI habla de las “riquezas” de las denominaciones heréticas y cismáticas
Benedicto XVI, discurso a la Conferencia Mundial de Secretarios de la Comuniones Cristianas, 27 de octubre de 2006: “Durante decenios, la Conferencia de secretarios de las Comuniones cristianas mundiales ha sido un foro para establecer contactos fructuosos entre las diversas comunidades eclesiales. Esto ha permitido a sus representantes construir la confianza recíproca necesaria para poner la riqueza de las diferentes tradiciones cristianas al servicio de nuestra llamada común al seguimiento de Cristo.”[65].
LAS HEREJÍAS DE BENEDICTO XVI CONTRA LOS SACRAMENTOS
El 2001, el Vaticano aprobó un documento con la Iglesia cismática asiria de Oriente. El documento dice que los miembros de la Iglesia del Vaticano II pueden ir a la iglesia cismática y recibir la comunión y viceversa. El documento fue aprobado por Benedicto XVI. El problema con este documento, además del hecho de que los asirios cismáticos no son católicos, es que esta liturgia cismática no tiene las palabras de la consagración, no hay “narrativa institucional”. Benedicto XVI menciona el problema en su libro La Comunidad Peregrina de la Fe:
Benedicto XVI, Convocados en el camino de la FE, 2002, p. 239: “…El caso precisaba estudios específicos porque la anáfora de Addai y de Mari usada preferentemente por los asirios no contiene ningún relato de institución. Pero estas dificultades pudieron ser superadas”[66].
Benedicto XVI reconoce que esta liturgia cismática no tiene “narrativa institucional”, que son las palabras de la consagración. Pero, con todo, él aprobó la recepción de la “comunión” en esta liturgia cismática que no tiene las palabras de la consagración.
¡Benedicto XVI saca esta increíble conclusión porque él niega que las palabras son necesarias para una consagración válida!
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página. 452: “… asistimos hoy al renacimiento de un nuevo integrismo [léase tradicionalismo], que sólo en apariencia garantiza lo estrictamente católico mientras que, en realidad, lo corrompe en su misma raíz. Hay una pasión propensa a la calumnia, cuya odiosidad está a mil leguas del espíritu del evangelio. Hay una fijación en la letra que declara inválida la liturgia de la Iglesia y se sitúa así, por su propia decisión, fuera de esta Iglesia. Se olvida aquí que la validez de la liturgia no depende en primer término de unas palabras total y absolutamente establecidas, sino de la comunión con la Iglesia…”[67].
Esto es un rechazo total de la enseñanza sacramental de la Iglesia.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, 1439: “Todos estos sacramentos se realizan por tres elementos: de las cosas, como materia; de las palabras, como forma, y de la persona del ministro que confiere el sacramento con intención de hacer lo que hace la Iglesia. Si uno de ellos falta, no se realiza el sacramento”[68].
El hecho de que Benedicto XVI sostenga que las misas sin palabras de consagración son válidas, prueban que él ni siquiera tiene un soplo de fe católica. Él es un hereje manifiesto contra la enseñanza sacramental de la Iglesia. Y esta herejía se repite en varios de sus libros.
Benedicto XVI dice que el bautismo de los infantes no tiene razón de existir
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página. 49: “La disputa en torno al bautismo de los niños es señal de que hemos perdido de vista la esencia de la fe, del bautismo y de la pertenencia a la Iglesia… También se ve, ciertamente, que el sentido del bautismo queda destruido allí donde ya no sea entendido como tal don previo, sino como rito encerrado en sí mismo. Donde queda totalmente cortado el camino hacia el catecumenado, se han alcanzado los límites de su legitimidad”[69].
¡Esta es una increíble, asombrosa y gigantesca herejía! Benedicto XVI dice que dondequiera que el bautismo sea separado del catecumenado ―por ejemplo, en el bautismo de los infantes―, éste pierde su razón de ser. El bautismo de los infantes no tiene sentido o propósito, según Benedicto XVI. Por eso en su libro Dios y el Mundo, Benedicto XVI RECHAZA LA NECESIDAD DEL BAUTISMO DE LOS INFANTES AL CONSIDERARLA UNA “IGNORANCIA”.
Benedicto XVI, Dios y el Mundo, 2005, página. 380: “P… ¿Qué pasa con los millones de niños que son asesinados en el vientre de sus madres? R… Hoy, la cuestión de la necesidad salvadora del bautismo ya tiene respuesta, pero la cuestión de los niños que no pudieron ser bautizados porque fueron abortados nos asedia mucho más. En épocas anteriores se forjó una doctrina al respecto en mi opinión más bien oscura. Decía que el bautismo, mediante la gracia santificante, nos proporciona la capacidad de ver a Dios. Ciertamente la circunstancia del pecado original, del que nos libera el bautismo, es falta de la gracia santificante. Los niños que mueren así no han cometido pecados personales, es decir, no pueden ser condenados al infierno, pero por otra parte les falta la gracia santificante y, en consecuencia, la posibilidad de ver a Dios. A ellos se les concederá únicamente un estado de dicha natural en el que son felices. A dicho estado se le llamó limbo. En nuestra época, la situación es cada vez más problemática. Aunque era una forma de defender la necesidad del bautismo lo antes posible, la solución en sí es cuestionable”[70].
Él dice que en los primeros siglos “se inventó” (no se recibió de Cristo) la enseñanza acerca de la necesidad del bautismo de los infantes para que ellos obtengan la gracia santificante. ¡Él dice que esta enseñanza es “ignorancia”! Esta es una grave herejía. Fue definido infaliblemente por los concilios de Florencia y de Trento que el sacramento del bautismo es necesario para la salvación y que los infantes que mueren sin el sacramento del bautismo no se pueden salvar. Algunos pueden preguntarse ¿por qué, entonces, Ratzinger practica el bautismo de los infantes? Porque él no ve ningún problema en practicar y continuar con algo que, para él no tiene sentido o propósito. De la misma manera que él se coloca como “papa”, a pesar que ni siquiera cree en la primacía de la suprema jurisdicción de los papas, como ya se ha probado. De la misma manera, él se hace pasar como la cabeza de la Iglesia de Jesucristo cuando él ni siquiera cree que Jesucristo es necesariamente el Mesías, como ya se ha probado.
LAS HEREJÍAS DE BENEDICTO XVI CONTRA LA SAGRADA ESCRITURA
La Iglesia Católica enseña que la Sagrada Escritura es la palabra infalible e inerrante de Dios. El Vaticano I declaró también que todas aquellas cosas en la palabra escrita de Dios deben ser creídas con fe divina y católica.
Papa Pío IX, Primer Concilio Vaticano, sesión 3, cap. 3, ex cathedra: “Ahora bien, deben creerse con fe divina y católica todas aquellas cosas que se contienen en la palabra de Dios escrita o tradicional, y son propuestas por la Iglesia para ser creídas como divinamente reveladas, ora por solemne juicio ora por su ordinario y universal magisterio”[71].
Pero Benedicto XVI dice que la creación relatada en la Sagrada Escritura se basa en relatos paganos de la creación
Benedicto XVI, Un canto nuevo para el Señor, 2005, página. 86: “Los relatos paganos, que inspiran parcialmente el texto bíblico, están encaminados a fundamentar el culto. pero lo inscriben dentro del círculo «do ut des» (doy para que des)”[72].
Si el relato de la creación bíblica en el libro del Génesis se basa en parte en los relatos paganos de la creación, ello significa que los relatos bíblicos no son ni originales ni inspirados directamente por Dios. Esta declaración de Benedicto XVI es herética y muestra una vez más que él es un infiel apóstata.
Papa León XIII, Providentissimus Deus, # 20, 18 de noviembre de 1893: “Los libros que la Iglesia ha recibido como sagrados y canónicos, todos e íntegramente, en todas sus partes, han sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo; y está tan lejos de la divina inspiración el admitir error, que ella por sí misma no solamente lo excluye en absoluto, sino que lo excluye y rechaza con la misma necesidad con que es necesario que Dios, Verdad suma, no sea autor de ningún error. Tal es la antigua y constante creencia de la Iglesia definida solemnemente por los concilios de Florencia y de Trento, confirmada por fin y más expresamente declarada en el Primer Concilio Vaticano”[73].
Benedicto XVI pone en duda las tablas de piedra del relato del Éxodo
En Éxodo 31, leemos que Dios dio a Moisés dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.
Éxodo 31, 18: “Cuando hubo acabado el Señor de hablar a Moisés en la Montaña del Sinaí, le dio las dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios”.
Benedicto XVI, Dios y el Mundo, 2005, páginas. 154-155, 157: “P. ¿estas leyes fueron entregadas realmente por Dios a Moisés en el monte Sinaí? ¿En forma de tablas de piedra, según se dice, «escritas por el dedo de Dios»?... ¿Pero hasta qué punto esos mandamientos proceden realmente de Dios? R. [página. 155]: “Ahí está la persona (Moisés) tocada por la mano de Dios, y que a partir de ese contacto amistoso pudo dar forma a la voluntad divina, en la que percibimos realmente la palabra de Dios, que hasta entonces sólo se manifestaba fragmentariamente y a través de otras tradiciones. Otra cuestión es hasta qué punto fueron realmente tablas de piedra… [página. 157]: Hasta qué punto hay que tomar al pie de la letra este acontecimiento es otra cuestión”[74].
Benedicto XVI enseña que las sentencias de la Biblia no son ciertas
Benedicto XVI, Dios y el Mundo, 2005, página. 143: “Una cosa es considerar la Biblia una lectura estrictamente histórica que, por así decirlo, descubre sin miramientos el componente humano, y otra juzgarla en su totalidad palabra de Dios, en la que las distintas cuestiones se interrelacionan y se infieren en el curso del camino. De ello se deduce que no puedo aplicar mecánicamente el criterio de la inspiración ni tampoco el de la carencia de error. Es imposible entresacar una frase y decir: «Bueno, estas palabras figuran en el gran manual de Dios, así que deben de ser ciertas».”[75].
Benedicto XVI sobre la evolución
Benedicto XVI, Dios y el Mundo, 2005, página. 72: “Al principio la tierra estaba desnuda y vacía, Dios todavía no había traído la lluvia, se dice en el Génesis. Entonces Dios creó al hombre, para lo cual ‘tomó polvo del suelo y le insufló el aliento de la vida; y el hombre se convirtió en un ser viviente’. El aliento de la vida: ¿es ésta la respuesta a la pregunta de dónde venimos? Creo que aquí hallamos un enorme simbolismo y una gran interpretación del ser humano. Según esto, el ser humano brota de la tierra y de sus potencialidades. En esta exposición se vislumbra algo parecido a la evolución”[76].
Benedicto XVI, Dios y el Mundo, 2005, página. 130: “La cosmovisión cristiana es que el mundo en particular ha surgido a lo largo de un proceso de evolución muy complejo, pero que en lo más profundo procede del Logos”[77].
LAS HEREJÍAS Y APOSTASÍA DE BENEDICTO XVI CON EL ISLAM
El islam es una religión falsa que rechaza la Trinidad y la divinidad de nuestro Señor. La Iglesia Católica enseña oficialmente que el islam es una abominación; una religión falsa de la que las personas tienen que ser convertidas y salvadas.
Papa Eugenio IV, Concilio de Basilea, 1434: “… existe la esperanza de que un gran número de la abominable secta de Mahoma será convertido a la fe católica”[78].
Papa Calixto III: “Yo prometo… exaltar la fe verdadera, y exterminar con la secta diabólica de los reprobados e infieles de Mahoma [islam] en el Oriente”[79].
Benedicto XVI tiene un “profundo respeto” por la falsa religión del islam
Benedicto XVI, audiencia general, 20 de septiembre de 2006: “Espero que en diferentes ocasiones de mi visita —como por ejemplo en Munich, cuando subrayé la importancia de respetar lo que para otros es sagrado— haya quedado claro mi profundo respeto por las grandes religiones, y en particular por los musulmanes, que "adoran al único Dios"”[80].
Nótese que él tiene un “profundo respeto” no sólo por la falsa religión del islam, sino por las otras religiones falsas. Esto es apostasía. Nótese también que él considera que el respeto por la religión falsa en sí misma como la misma cosa que respetar a los “creyentes” musulmanes. Habla indistintamente de las dos, como vemos. Esto es importante tener en cuenta porque Benedicto XVI frecuentemente dice que respeta a los creyentes musulmanes o a los musulmanes como creyentes. De esta manera, él está respetando su religión falsa, como lo vemos claramente en la cita siguiente.
Benedicto XVI, discurso, 22 de diciembre de 2006: “La visita a Turquía me brindó la ocasión de manifestar también públicamente mi respeto por la religión islámica, un respeto, por lo demás, que el concilio Vaticano II (cf. Nostra aetate, 3) indicó como la actitud que debemos tomar”[81].
Nótese que aquí Benedicto XVI admite que el Vaticano II enseña el respeto por la falsa religión del islam.
Benedicto XVI dice que hay un islam noble
Benedicto XVI, La Sal de la Tierra, 1997, página. 119: “Y, además, se presenta con diversas variaciones, además de dividirse en chiítas y sunitas, claro está. Hay, por una parte, un islam ‘noble’, representado, por ejemplo, por el rey de Marruecos, y un islam extremista, terrorista, que tampoco deberíamos identificar con todo el conjunto islámico, porque no sería justo[82]”.
Él está diciendo que una religión falsa es buena. Esto es apostasía.
Benedicto XVI dice que el islam representa grandeza
Benedicto XVI, Fe Verdad y Tolerancia, 2005, páginas. 177-178: “En el hinduismo (que propiamente es un nombre colectivo que agrupa gran variedad de religiones) hay elementos grandiosos, pero también hay aspectos negativos: su conexión con el sistema de castas; la cremación de las viudas, algo que se había establecido inicialmente a partir de ideas simbólicas; los abusos del saktismo, por referimos tan sólo a unos cuantos ejemplos. Pero también el islam, a pesar de sus grandezas, se halla en constante peligro de perder el equilibrio, de dar entrada a la violencia y de hacer que la religiosidad se desvíe hacia lo exterior y lo ritualista.”[83].
Él dice que el islam —una religión falsa que rechaza la divinidad de Jesucristo y toda la fe católica— representa “grandeza”. Esto es apostasía. El islam representa la infidelidad, el rechazo de la divinidad y las tinieblas. También es interesante notar que mientras habla de los “elementos maravillosos” en el hinduismo, Benedicto XVI menciona aspectos negativos como el sistema de castas, etc. Él no menciona entre los aspectos negativos que el hinduismo adore a dioses falsos.
Benedicto XVI, discurso a los representantes del islam, 20 de agosto de 2005: “En efecto, el creyente—y todos nosotros, como cristianos y musulmanes, somos creyentes—… Guiais a los creyentes del islam y los educáis en la fe musulmana… Tenéis, por tanto, una gran responsabilidad en la formación de las nuevas generaciones”[84].
Benedicto XVI, catequesis, 24 de agosto de 2005: “Además, este año se conmemora el 40° aniversario de la declaración conciliar Nostra aetate, que inauguró una nueva etapa de diálogo y solidaridad espiritual entre judíos y cristianos, así como de estima por las otras grandes tradiciones religiosas. Entre estas ocupa un lugar particular el islam”[85].
Nótese que Benedicto XVI no solo estima a los miembros de las falsas religiones, sino a las falsas religiones en sí mismas. Esto es apostasía:
Benedicto XVI, discurso, 25 de septiembre de 2006: “... quisiera hoy volver a expresar toda la estima y el profundo respeto que albergo por los creyentes musulmanes, recordando lo que afirma al respecto el concilio Vaticano II y que para la Iglesia católica constituye la carta magna del diálogo islámico-cristiano: «La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes, que adoran al único Dios vivo y subsistente… En el momento en el que los musulmanes comienzan el itinerario espiritual del mes de Ramadán, formulo para todos mis votos más cordiales, deseando que el Todopoderoso les conceda una vida serena y tranquila. Que el Dios de la paz os colme con la abundancia de sus bendiciones a vosotros y a las comunidades que representáis.”[86].
Benedicto XVI respeta a los creyentes de esta secta diabólica; él dice que ellos adoran a Dios; él les desea las bendiciones de Dios durante su “viaje espiritual” del Ramadán. Esto es simplemente apostasía.
Benedicto XVI, discurso del angelus, 22 de octubre de 2006: “Me alegra enviar un cordial saludo a los musulmanes del mundo entero que en estos días celebran la conclusión del mes de ayuno del Ramadán”[87].
Benedicto XVI estima las civilizaciones islámicas
Benedicto XVI, audiencia general, 6 de diciembre de 2006: “Así pues, fue una oportunidad propicia para renovar mis sentimientos de estima con respecto a los musulmanes y a la civilización islámica”[88].
Las civilizaciones islámicas están entre las cosas más malévolas y anticristianas de la historia. Esta declaración de Benedicto XVI, por lo tanto, es una completa apostasía.
Benedicto XVI, discurso en Turquía a las autoridades musulmanas, 28 de noviembre de 2006: “... tuve el placer de expresar mi profundo respeto por todos los habitantes de esta gran nación y de rendir homenaje, en su mausoleo, al fundador de la Turquía moderna, Mustafá Kemal Ataturk [...] extiendo mi saludo a todos los líderes religiosos de Turquía, especialmente al gran muftí de Ankara y Estambul. A través de usted, señor presidente, saludo con particular estima y afectuosa consideración a todos los musulmanes de Turquía [...] en esta noble tierra se ha producido un notable florecimiento de la civilización islámica en los campos más diversos [...] Hay muchísimos monumentos cristianos y musulmanes que atestiguan el glorioso pasado de Turquía. Con razón vosotros os sentís orgullosos de ellos, conservándolos para la admiración de los visitantes, que acuden aquí [...] Como creyentes, encontramos en la oración la fuerza necesaria para superar todo rastro de prejuicio y dar un testimonio común de nuestra firme fe en Dios”[89].
Benedicto XVI primero menciona que presentó sus respetos ante la tumba del no creyente Ataturk. Luego él dice que estima a todos los musulmanes de Turquía. Estimar a alguien es admirarlo. Esto significa que él admira a todos los musulmanes de Turquía. Ello implica que no sólo admira a millones de personas que rechazan a Cristo, sino incluso a los criminales entre los musulmanes, porque ciertamente hay algunos, de Turquía. A continuación, destaca el “notable florecimiento de la civilización islámica”, que mantiene a millones en las tinieblas y la infidelidad. Luego elogia los monumentos musulmanes del pasado, y dice que los musulmanes "tienen razón de estar orgullosos de ellos". Finalmente, dice que como “creyentes” los musulmanes pueden sacar firmeza de la oración, lo que indica que la práctica del islam es verdadera y auténtica. Benedicto XVI es un total y absoluto apóstata.
Benedicto XVI enseña que el islam y el cristianismo tienen al mismo Dios
Benedicto XVI, Convocados en el camino de la FE, 2002, página 282: …El Islam se considera hijo de Abrahán y ha heredado el mismo Dios de Israel y los cristianos…”[90].
El islam y el cristianismo no tienen el mismo Dios. Por un lado, los seguidores del islam rechazan la Trinidad. Por otro lado, los cristianos adoran a la Trinidad.
Benedicto XVI dice que respeta el Corán como un libro santo de una gran religión
Benedicto XVI, discurso de disculpas por sus comentarios sobre el islam, septiembre de 2006: “Lamentablemente, esta cita ha sido considerada en el mundo musulmán como expresión de mi posición personal, suscitando así una comprensible indignación. Espero que el lector de mi texto comprenda inmediatamente que esta frase no expresa mi valoración personal con respecto al Corán, hacia el cual siento el respeto que se debe al libro sagrado de una gran religión”[91].
Benedicto XVI respeta el Corán como el libro sagrado de una gran religión. El Corán blasfema en contra de la Trinidad, niega la divinidad de Cristo, y dice que quienes creen en la Trinidad son detestables. El Corán también dice que todos los cristianos están condenados. Esta declaración de Benedicto XVI es apostasía total. Ya vimos como Juan Pablo II besó el Corán; este es el beso del Corán en palabras.
Benedicto XVII va a una mezquita y reza hacia la meca como los musulmanes
El 30 de noviembre de 2006, durante su viaje a Turquía, Benedicto XVI se quitó los zapatos y entró a la Mezquita Azul. Siguió las directrices de los musulmanes volteándose hacia “la Kiblah”, la dirección de La Meca. Entonces la oración comenzó. Benedicto XVI rezó en la mezquita como los musulmanes en dirección hacia la Meca. Incluso se cruzó de brazos en un gesto de oración musulmán llamado “el gesto de tranquilidad”. Este increíble acto de apostasía fue reportado y mostrado en todos los principales medios de comunicación. No es ninguna exageración decir que Benedicto XVI se inició en el islam.
Benedicto XVI, “Aclamado por rezar como los musulmanes a la Meca”, 1 de diciembre de 2006 - ESTAMBUL (Reuters): “El papa Benedicto XVI puso fin a una sensible visita a Turquía para limar asperezas el viernes en medio de elogios por visitar la famosa Mezquita Azul de Estambul y rezar allí mirando hacia La Meca ‘como los musulmanes’. [...] ‘La temida visita del papa concluyó con una sorpresa maravillosa’, escribió el diario Aksam en su portada. ‘En la mezquita del Sultán Ahmet, se volvió hacia La Meca y rezó como los musulmanes’, dijo el popular diario Hurriyet, usando el nombre oficial del edificio’… ‘Yo compararía la visita del papa a la mezquita con los gestos de Juan Pablo II en el Muro de los Lamentos’, dijo el veterano mediador del Vaticano, el cardenal Roger Etchegaray, refiriéndose a las oraciones del papa Juan Pablo II en el Muro de los Lamentos de Jerusalén en 2000. ‘Ayer, Benedicto XVI hizo con los musulmanes lo que Juan Pablo II hizo con los judíos’”[92].
Esto prueba absolutamente que Benedicto XVI es un apóstata. Esta es una de las acciones más escandalosas en la historia humana.
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, p. II, q. 12, art. 1, obj. 2: “… si alguien se circuncidara o adorara el sepulcro de Mahoma, sería considerado como apóstata”.
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, p. I-II, q. 103., art. 4: “Son las ceremonias otras tantas profesiones de la fe, en las que consiste el culto interior; y tal es la profesión que el hombre hace con las obras cual es la que hace con las palabras. Y, si en una y otra profesa el hombre alguna falsedad, peca mortalmente”.
Santo Tomás dice que el que adora o venera la tumba de Mahoma debe ser considerado un apóstata; rezar en una mezquita, y hacia la Meca como los musulmanes, es mucho peor. Es por eso que ningún papa en la historia visitó una mezquita ni siquiera una vez; ellos sabían que ir significaría la aceptación de una falsa religión. Con esta acción, el debate de si Benedicto XVI es papa queda total y completamente cerrado para cualquiera que conozca estos hechos y posea un mínimo de honestidad. Adviértales a sus amigos y parientes: Benedicto XVI es un hereje, un apóstata y por lo tanto, un antipapa.
Benedicto XVI, audiencia general, 6 de diciembre de 2006: “En el ámbito del diálogo interreligioso, la divina Providencia me permitió realizar, casi al final de mi viaje, un gesto que en un primer momento no estaba previsto y que resultó muy significativo: la visita a la célebre Mezquita Azul de Estambul. En unos minutos de recogimiento en ese lugar de oración, oré al único Señor del cielo y de la tierra, Padre misericordioso de toda la humanidad”[93].
LAS HEREJÍAS DE BENEDICTO XVI CON EL PAGANISMO
Benedicto XVI favorece completamente el ecumenismo y las ceremonias ecuménicas de culto al demonio en Asís
Ya hemos cubierto las escandalosas reuniones ecuménicas de Juan Pablo II en Asís en 1986 donde él rezó con más de 130 diferentes líderes religiosos de todo tipo de religiones falsas y demoníacas, poniendo la verdadera religión a la par con la adoración de los ídolos. Esta actividad está totalmente condenada por la tradición católica. Fue denunciada como apostasía por el papa Pío XI.
Bueno, el tren que llevó a los falsos los líderes religiosos del Vaticano para la versión de Asís de 2002 (la repetición), fue descrito por Benedicto XVI como “un símbolo de nuestra peregrinación en la historia… la reconciliación de los pueblos y las religiones, una gran inspiración…”[94].
El 2006, Benedicto XVI también elogió la reunión de oración interreligiosa de Asís de 1986.
Benedicto XVI, mensaje, 2 de septiembre de 2006: “Este año se celebra el vigésimo aniversario del Encuentro interreligioso de oración por la paz, convocado por mi venerado predecesor Juan Pablo II y que tuvo lugar el 27 de octubre de 1986 en esa ciudad de Asís. Como es sabido, no sólo invitó a aquel encuentro a los cristianos de las diversas confesiones, sino también a exponentes de las diferentes religiones. La iniciativa tuvo amplio eco en la opinión pública: fue un mensaje vibrante en favor de la paz y se convirtió en un acontecimiento que dejó huella en la historia de nuestro tiempo… De hecho, en todas las grandes tradiciones religiosas se registran testimonios del íntimo vínculo que existe entre la relación con Dios y la ética del amor.
“Entre los aspectos más característicos del encuentro de 1986, conviene subrayar que este valor de la oración en la construcción de la paz fue testimoniado por representantes de diferentes tradiciones religiosas, y esto no sucedió a distancia, sino en el marco de un encuentro… Esta pedagogía es hoy más necesaria que nunca… Por tanto, me alegra que las iniciativas programadas en este año en Asís vayan en esta dirección y que el Consejo pontificio para el diálogo interreligioso haya pensado en hacer una aplicación particular para los jóvenes… Aprovecho de buen grado la ocasión para saludar a los exponentes de las demás religiones que participan en algunas de las conmemoraciones de Asís. Al igual que nosotros, los cristianos, también ellos saben que en la oración se puede hacer una experiencia especial de Dios y encontrar estímulos eficaces para trabajar por la causa de la paz”[95].
Benedicto XVI está a favor de la reunión apóstata ecuménica de Asís donde Juan Pablo II rezó con los lideres de todo tipo de religiones demoníacas e idólatras; donde el hizo sacar los crucifijos de las salas para que los paganos pudieran adorar a los dioses falsos. Nótese que Benedicto XVI dice que todas las otras religiones saben que la oración les da una experiencia de relación con Dios. Esto significa que sus experiencias religiosas, como el culto de los falsos dioses en la oración, son verdaderas.
BENEDICTO XVI CRITICA COMO "FANÁTICOS" A LOS QUE DESTRUYERON TEMPLOS PAGANOS
Benedicto XVI, Dios y el Mundo, página 354: “… también había cristianos fanáticos que asaltaban y destruían templos, porque consideraban al paganismo una idolatría que había que eliminar de raíz”[96].
Estos “fanáticos” que él critica incluirían a san Francisco Javier y a san Benito.
San Francisco Javier [respecto a los niños paganos que había convertido a la fe católica, 1543]: “Estos niños... muestran un amor ardiente por la ley divina, y un celo extraordinario por impartir a los demás nuestra santa religión. Su odio hacia la idolatría es maravilloso. Se involucran en peleas con los paganos por ello… Los niños se abalanzan sobre los ídolos, los derriban, los tiran al suelo, los rompen en pedazos, escupen sobre ellos, los pisotean, los patean, y amontonan sobre ellos toda tipo de ultrajes”[97].
San Benito demolió un altar pagano y quemó los árboles dedicados a Apolo cuando llegó por primera vez a Montecasino.
Papa Pío XII, Fulgens radiatur, #11, 21 de marzo de 1947: “… él [san Benito] fue al sur y llegó a un fuerte llamado Casino situado en la ladera de una alta montaña; en ésta se encontraba un antiguo templo donde Apolo era adorado por los necios pueblos del campo, según la costumbre de los antiguos paganos. En torno también crecieron arboledas, en que incluso hasta ese momento la multitud insensata de los infieles utilizaban para ofrecer sus sacrificios idolátricos. El hombre de Dios que llegó a este lugar rompió el ídolo, derrumbó el altar, encendió las arboledas, y del templo de Apolo lo convirtió en una capilla de san Martín. Donde estaba el altar pagano construyó una capilla de san Juan, y por la continua predicación convirtió a muchos pueblos de alrededor”[98].
Benedicto XVI nos dice que las religiones paganas e idólatras son puras y elevadas
Benedicto XVI, Sal de la Tierra, 1997, página 11: “… consideremos si no, el cosmos religioso indio (‘hinduismo’ es una definición equívoca que sirve para muchas religiones). En ese cosmos encontraremos una enorme variedad de religiones, desde las más puras y elevadas ―acuñadas en el amor―, a otras que son, incluso, inhumanas y con ritos homicidas”[99].
Él dice que las religiones idólatras son elevadas y puras. Esto es herejía y apostasía.
1 Corintios 10, 20: “… lo que inmolan [los gentiles], a los demonios lo inmolan, y no a Dios...”.
Papa León XIII, Ad extremas, #1, 24 de junio de 1893: “… el bienaventurado apóstol Tomás que con razón es llamado el fundador de la predicación del Evangelio a los hindús. Después, vino Francisco Javier… Con su extraordinaria perseverancia, convirtió cientos de miles hindús de los mitos y viles supersticiones de los brahmanes a la verdadera religión”[100].
Benedicto XVI tiene un profundo respeto por los falsos credos
Benedicto XVI, homilía, 10 de septiembre de 2006: “No faltamos al respeto a las demás religiones y culturas, no faltamos al respeto a su fe si confesamos en voz alta y sin medios términos a aquel Dios que opuso su sufrimiento a la violencia …”[101].
Nótese que Benedicto XVI no sólo respeta a los miembros de los falsos credos, sino que muestra un PROFUNDO RESPETO por estos en sí. Esto es apostasía. Es decir, significa que él respeta la negación de Cristo, el rechazo del papado, la aprobación de la contracepción y el aborto, etc. (todas éstas son enseñanzas de los falsos “credos”).
Papa León XIII, Custodi di quella fede, # 15, 8 de diciembre de 1892:
“Todos deben evitar la familiaridad o amistad con cualquiera que sea sospechoso de pertenecer a la masonería o grupos afiliados. Los conoceréis por sus frutos y evitadlos. Debe evitarse cualquier tipo de familiaridad, no sólo con los libertinos impíos que promueven abiertamente el carácter de la secta, sino también con aquellos que se esconden bajo la máscara de la tolerancia universal, el respeto por todas las religiones…”[102].
Benedicto XVI dice que la presencia de las falsas religiones es una fuente de enriquecimiento para todos
Benedicto XVI, discurso, 28 de noviembre de 2006: “… deseo que los creyentes, independientemente de la comunidad religiosa a la que pertenezcan, sigan beneficiándose de esos derechos, con la certeza de que la libertad religiosa es una expresión fundamental de la libertad humana y de que la presencia activa de las religiones en la sociedad es un factor de progreso y de enriquecimiento para todos ”[103].
¡Esto significa que las distintas religiones falsas son fuente de progreso y enriquecimiento para todos! Esto es apostasía.
Benedicto XVI dice que la teología debe aprender de las experiencias de las falsas religiones
Benedicto XVI, discurso especial, 12 de septiembre de 2006: “Para la filosofía y, de modo diferente, para la teología, escuchar las grandes experiencias y convicciones de las tradiciones religiosas de la humanidad, especialmente las de la fe cristiana, constituye una fuente de conocimiento; oponerse a ella sería una grave limitación de nuestra escucha y de nuestra respuesta”[104].
Benedicto XVI dice que la teología católica debe escuchar las “grandes experiencias” y “convicciones” de las falsas religiones, y que ignorarlas sería irresponsabilidad. Las personas deben reflexionar acerca de lo que significa esta afirmación. Ello indica claramente que él no considera que esas religiones (incluyendo las paganas e idólatras) son falsas y del demonio. Esta declaración no es más que otra expresión de la apostasía modernista de que todas las religiones son básicamente verdaderas porque las personas se hacen creyentes a través de las propias “experiencias” religiosas.
Papa san Pío X, Pascendi, # 14, 8 de septiembre de 1907: “Y tal experiencia es [según los modernistas] la que hace verdadera y propiamente creyente al que la ha conseguido. ¡Cuánto dista todo esto de los principios católicos! Semejantes quimeras las vimos ya reprobadas por el Concilio Vaticano. Cómo franquean la puerta del ateísmo, una vez admitidas juntamente, con los otros errores mencionados, lo diremos más adelante. Desde luego, es bueno advertir que de esta doctrina de la experiencia, unida a la otra del simbolismo, se infiere la verdad de toda religión, sin exceptuar el paganismo. Pues qué, ¿no se encuentran en todas las religiones experiencias de este género? Muchos lo afirman. Luego ¿con qué derecho los modernistas negarán la verdad de la experiencia que afirma el turco, y atribuirán sólo a los católicos las experiencias verdaderas? Aunque, cierto, no las niegan: más aún, los unos veladamente y los otros sin rebozo, tienen por verdaderas todas las religiones. Y es manifiesto que no pueden opinar de otra suerte…”[105].
BENEDICTO XVI NIEGA QUE FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACIÓN
Lo que hemos visto hasta ahora demuestra con creces que Benedicto XVI rechaza el dogma definido de que fuera de la Iglesia Católica no hay salvación. Benedicto XVI sostiene que ni siquiera debemos convertir a los herejes y cismáticos. Aquí hay algunos ejemplos más de herejía donde Benedicto XVI aborda y niega específicamente este dogma fundamental.
Benedicto XVI rechaza completamente el dogma fuera de la Iglesia no hay salvación
Benedicto XVI, Sal de la Tierra, 1997, página 11: “P. ¿Pero, al menos se podría aceptar que alguien que profesa una confesión diferente a la católica, también puede salvarse? R. Eso es algo muy diferente. Es perfectamente posible que alguien que reciba con aprovechamiento ―con rectitud― los medios auxiliares propios de su religión, sea un hombre cabal, y es, por tanto, posible que ese hombre sea agradable a Dios y le otorgue la salvación. Eso no está excluido, más bien todo lo contrario, seguramente es así en muchos casos…”[106].
La Iglesia enseña que no hay salvación fuera de ella. Benedicto XVI enseña que seguramente hay salvación fuera de la Iglesia en muchos casos. Esta es un rechazo atrevido hacia el dogma fuera de la Iglesia no hay salvación.
Benedicto XVI dice que hay santos paganos
Benedicto XVI, Fe Verdad y Tolerancia, 2005, página 180: “El hecho de que en todos los tiempos hubo y hay «paganos santos» se funda en que por doquier y en todos los tiempos se puede percibir -aunque a menudo de manera sólo muy dificultosa y fragmentaria-la voz del «corazón»: en ella podemos oír dentro de nosotros mismos la Torá de Dios…”[107].
Esta es una herejía descarada. Recuérdese que el papa Eugenio IV definió infaliblemente que ningún “pagano” se salva.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, bula Cantate Domino, 1441, ex cathedra:
“… nadie que no esté dentro de la Iglesia Católica, no sólo los paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna…”[108].
Benedicto XVI enseña que hay muchos caminos que llevan al cielo además de la fe cristiana
Benedicto XVI, Cooperadores de la Verdad, 1990, p. 217: “La pregunta que realmente nos interesa, la pregunta que realmente nos oprime, es ¿por qué es necesario para nosotros en particular practicar la fe cristiana en su totalidad; por qué cuando hay tantos otros caminos que llevan al cielo y a la salvación, debería ser requerido para nosotros llevar día tras día toda la carga de dogmas eclesiales y del ethos eclesial? Y así llegamos de nuevo a la pregunta: ¿Qué es exactamente la realidad cristiana? ¿Cuál es el elemento específico en el cristianismo que no sólo lo justifica, sino que lo hace obligatoriamente necesario para nosotros? Cuando se plantea la pregunta sobre el fundamento y el sentido de nuestra existencia cristiana, se desliza en un cierto anhelo falso por la vida aparentemente más cómoda de las otras personas que también van al cielo. Somos demasiados los obreros de la primera hora en la parábola de los obreros de la viña (Mateo 20, 1-16). Una vez que descubrieron que podían haber ganado su sueldo del día de un denario de una manera mucho más fácil, no pudieron entender por qué habían tenido que trabajar todo el día. Pero, ¡qué extraña actitud es considerar ingratos los deberes de nuestra vida cristiana sólo porque el denario de salvación se puede ganar sin ellos! Parece que nosotros ―como los trabajadores de la primera hora― queremos ser pagados no sólo con nuestra propia salvación, sino más particularmente con la carencia de salvación de los otros. Eso es a la vez muy humano y profundamente anticristiano”[109].
Benedicto XVI hace la importante pregunta: ¿Por qué es necesario practicar la fe cristiana si hay otros caminos para la salvación? Benedicto XVI responde a la pregunta admitiendo que hay muchos otros caminos además de la fe cristiana que conducen a la salvación. Incluso él critica a la gente por hacer esa pregunta.
Benedicto XVI ha rechazado abiertamente una verdad revelada de la fe católica: Jesucristo es el único camino a la salvación, y la fe católica es necesaria para la salvación.
Papa León XII, Ubi primum, #14, 5 de mayo de 1824: “… por fe divina mantenemos un Señor, una fe, un bautismo, y que ningún otro nombre bajo los cielos es dado a los hombres excepto el nombre de Jesucristo en que debemos ser salvos. Esto es porque profesamos que no hay ninguna salvación fuera de la Iglesia”[110].
Benedicto XVI enseña que todas las religiones llevan a Dios
Benedicto XVI, Sal de la Tierra, 1997, página 14: “… como sucede en otras religiones, donde puede haber hombres de gran calidad interior que, gracias a sus mitos, se acercan al gran misterio y allí encuentran su forma de perfección”[111].
Esto es totalmente herético.
BENEDICTO XVI INSULTA EL DOGMA CATÓLICO
Benedicto XVI insulta los decretos sobre la eucaristía del Concilio de Trento
Benedicto XVI, La Fiesta de la Fe, 1999, pagina 176: “El Concilio de Trento concluye sus reflexiones sobre el Corpus Christi con una frase que hace daño a nuestros oídos ecuménicos, y que sin duda alguna ha contribuido a que esta fiesta caiga en descrédito entre nuestros hermanos evangélicos (protestantes). Pero si a esta expresión se le quita un poco la pasión con la que fue escrita en el siglo XVI, encontramos sorprendentemente algo muy positivo e importante”[112].
Benedicto XVI dice que la declaración infalible del Concilio de Trento “ofende” sus oídos ecuménicos y que su formulación debe ser “purgada”, ¡lo que significa que hay que limpiar o eliminar sus elementos indeseables! Esto es totalmente herético.
Benedicto XVI dice que la doctrina de Trento sobre el sacerdocio fue débil y desastrosa en sus efectos
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1982, pp. 247-248: “... [Hablando de la opinión protestante versus la católica acerca del sacerdocio] El Concilio de Trento no abocó aquí a un tratamiento integral del problema en su conjunto. Ahí radica la debilidad del texto promulgado, cuyo efecto fue aún más desastroso...”[113].
Benedicto XVI blasfema totalmente de la tradición de la Iglesia
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, páginas 116, 118: “... Llegados aquí, el tema exigiría dar un tercer paso y pasar al problema de la tradición en la Iglesia… La Iglesia es tradición… en la que —como todos sabemos— se ha deslizado mucha pseudo-tradición humana, tanta que también ella, y precisamente ella, ha contribuido a la crisis generalizada de la tradición en la humanidad”[114].
Este es un repudio a una de las dos fuentes de la revelación, la sagrada tradición.
Papa Pío IX, Primer Concilio Vaticano, sesión 3, cap. 3, ex cathedra: “… deben creerse con fe divina y católica todas aquellas cosas que se contienen en la palabra de Dios escrita o tradicional…”[115].
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1982, p. 378: “No todo concilio válido en la historia de la Iglesia ha sido fructífero; en última instancia, muchos de ellos han sido una pérdida de tiempo”[116].
Benedicto XVI enseña que el término “pecado original” es falso
Benedicto XVI, En el Principio, 1986, p. 72: “…La teología se refiere a este estado de cosas con el término ciertamente engañoso e impreciso ‘pecado original’”[117].
El Concilio de Trento promulgó infaliblemente un “Decreto sobre el pecado original” en que se usa el término pecado original no menos de cuatro veces[118].
Benedicto XVI critica el Credo de los Apóstoles
Benedicto XVI, Introducción al Cristianismo, 2005, página 129: “… Alguien podría pensar que el primer punto de partida para esa evolución fracasada, que se fija solamente en el peligro de la responsabilidad y no en la libertad del amor, nos ofrece la misma profesión de fe (Credo de los apóstoles)…”[119].
BENEDICTO XVI ADMITE QUE EL CONCILIO VATICANO II HA CAMBIADO O RECHAZADO EL DOGMA CATÓLICO
Benedicto XVI admite sin rodeos que el Vaticano II contradice la enseñanza infalible del papa Pío IX sobre la libertad religiosa y las falsas religiones
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, páginas 457-458: Si se desea emitir un diagnóstico global sobre este texto [del documento del Vaticano II Gaudium et spes], podría decirse que significa (junto con los textos sobre la libertad religiosa y sobre las religiones mundiales) una revisión del Syllabus de Pío IX, una especie de Antisyllabus. … Se fueron corrigiendo así … las posiciones de la Iglesia frente a la nueva fase de la historia abierta por la revolución francesa, tal como habían sido fijadas por los pontífices Pío IX y Pío X siguiendo criterios unilaterales condicionados por las situaciones concretas”[120].
Benedicto XVI no podía ser más formalmente herético. Él está admitiendo que la enseñanza del Concilio Vaticano II (al que él adhiere) es directamente contraria a las enseñanzas del magisterio en el Syllabus de errores condenados por el papa Pío IX. Hemos demostrado que la enseñanza del Vaticano II sobre la libertad religiosa contradice la doctrina católica tradicional. Benedicto XVI lo acaba de admitir. Difícilmente se puede pedir una confirmación más clara de que la enseñanza del Vaticano II es herética. En su libro, Benedicto XVI repite una y otra vez, llamando de “Antisyllabus” a la enseñanza del Concilio Vaticano II, y diciendo que no puede haber un regreso al Syllabus de errores.
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 462: “El optimismo del Antisyllabus retrocede, con necesidad interna, ante una nueva declaración de guerra, mucho más dura y dramática que la anterior”[121].
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 469: “La tarea no es, pues, ignorar el Concilio sino descubrir el Concilio real y profundizar su auténtica voluntad, a la luz de las experiencias vividas desde entonces. Y esto implica que no hay punto de retorno al Syllabus, que pudo constituir una primera toma de posición en el enfrentamiento con el liberalismo y el amenazante marxismo, pero que en modo alguno puede ser la palabra última y definitiva”[122].
¡Esta es una asombrosa herejía!
Benedicto XVI reconoce que la secta del Vaticano II ha abandonado la tradicional prohibición de la Iglesia Católica de la cremación
Benedicto XVI, Dios y el Mundo, 2005, páginas 412, 413: “P. ¿Es lícito incinerar un cadáver, o es un rito meramente pagano? R. Hasta el Concilio Vaticano II, las cremaciones aún implicaban sanciones. A la vista de las circunstancias del mundo moderno, la Iglesia abandonó esta postura”[123].
La legislación tradicional de la Iglesia condena la cremación, y prohíbe el entierro eclesiástico al que la pide.
LAS HEREJÍAS DE BENEDICTO XVI CONTRA LA IGLESIA
Benedicto XVI dice que la doctrina de la Iglesia no excluye a los que piensan de modo contrario
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 276, 277: “Se trata... de una declaración de la Congregación… En esta misma línea se inscribe básicamente la declaración romana: quiere salir al encuentro de la crisis a través de una exposición positiva de los puntos de la doctrina eclesiástica especialmente controvertidos y establecer la identidad de lo católico no mediante la descalificación de los defensores de opiniones desviadas ”[124].
Esto es descaradamente herético.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, 1442, ex cathedra: “A cuantos, por consiguiente, sienten de modo diverso y contrario, [la sacrosanta Iglesia romana] los condena, reprueba y anatematiza, y proclama que son ajenos al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia”[125].
Benedicto XVI enseña que la “Iglesia” existe fuera de la Iglesia
Benedicto XVI, Cooperadores de la Verdad, 1990, p. 29: “… no puede ni debe haber ninguna negación de la presencia de Cristo y de los valores cristianos entre los cristianos separados... La teología católica debe indicar con mayor claridad que—junto a la presencia real de la palabra fuera de sus fronteras—, la ‘Iglesia’ también está presente allí de una forma u otra…”[126].
Benedicto XVI declara que la propia Iglesia también existe fuera de la Iglesia. Este es un herético sinsentido que niega que hay una sola Iglesia.
Credo Niceno-Constantinopolitano, 381, ex cathedra: “Creemos en… una santa Católica y Apostólica Iglesia”[127].
BENEDICTO XVI RECHAZA TOTALMENTE LA UNIDAD DE LA IGLESIA CATÓLICA
La unidad o unicidad de la Iglesia Católica es un dogma muy importante. Es una de las cuatro características de la Iglesia: una, santa, católica y apostólica. Cuando los herejes formaron las sectas, ellos no rompieron la unidad de la Iglesia Católica, ya que la unidad de la Iglesia no puede ser quebrantada. Ellos simplemente abandonaron la Iglesia Católica.
Papa León XIII, Satis cognitum, # 4, 29 de junio de 1896:
“La Iglesia está constituida en la unidad por su misma naturaleza…”[128].
Papa León XIII, Satis cognitum, # 5:
“La unidad no puede ser amputada; un cuerpo, para permanecer único, no puede dividirse por el fraccionamiento de su organismo”[129].
Pero Benedicto XVI rechaza totalmente el dogma de la unidad de la Iglesia Católica
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 276: “... estos mismos factores ponen bien en claro que, en última instancia, no son los hombres quienes forjan la unidad de la Iglesia, sino que ésta es realizada única y exclusivamente por el Espíritu Santo”[130].
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 176: “Hasta ellos, o respectivamente hasta la Iglesia indivisa de los primeros siglos representada por ellos, se remonta el canon de la Escritura”[131].
Benedicto XVI enseña que la Iglesia estaba unida en el primer milenio, pero después se dividió por las rebeliones cismáticas y protestantes. Este es un repudio total de una de las cuatro características de la Iglesia Católica; eso por sí sólo probaría que él no es católico.
Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 174: “Ahora podemos ya señalar que los padres (de los primeros siglos) son los maestros teológicos de la Iglesia indivisa...”. Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 150: “Para nuestro estudio, en las líneas que siguen podemos prescindir de este cuarto tipo (symbolum), porque no pertenece a la historia de los símbolos de la única Iglesia (indivisa)”. Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, página 172: “los padres (de los primeros siglos) son los maestros de una Iglesia todavía indivisa”. Benedicto XVI, Cooperadores de la Verdad, 1990, p. 29: “… Esto significa que, incluso en la fe católica la unidad de la Iglesia está todavía en proceso de formación, que se alcanzará totalmente sólo en el eschaton…”. |
¡Benedicto XVI dice que la unidad de la Iglesia (la unicidad de la Iglesia), que es una de las cuatro marcas de la verdadera Iglesia, no existe y no existirá hasta “el eschaton” (el fin del mundo)!
Papa Pío XI, Mortalium animos, #7, 6 de enero de 1928:
“Y aquí se nos ofrece ocasión de exponer y refutar una falsa opinión… Opinan, pues, que la unidad de fe y de gobierno, nota distintiva de la verdadera y única Iglesia de Cristo, no ha existido casi nunca hasta ahora, y ni siquiera hoy existe”[132].
OTRAS HEREJÍAS DE BENEDICTO XVI
Benedicto XVI dice que Judas podría no estar en el infierno
Benedicto XVI, 18 de octubre de 2006: “Esto plantea dos preguntas al intentar explicar lo sucedido. La primera consiste en preguntarnos cómo es posible que Jesús escogiera a este hombre y confiara en él. Ante todo, aunque Judas era de hecho el ecónomo del grupo (cf. Jn 12, 6; 13, 29), en realidad también se le llama "ladrón" (Jn 12, 6). Es un misterio su elección, sobre todo teniendo en cuenta que Jesús pronuncia un juicio muy severo sobre él: "¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!" (Mt 26, 24). Es todavía más profundo el misterio sobre su suerte eterna, sabiendo que Judas "acosado por el remordimiento, devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: "Pequé entregando sangre inocente"" (Mt 27, 3-4). Aunque luego se alejó para ahorcarse (cf. Mt 27, 5), a nosotros no nos corresponde juzgar su gesto, poniéndonos en el lugar de Dios, infinitamente misericordioso y justo.”[133].
Estas palabras de Benedicto XVI sostiene que Judas podría no estar en el infierno. Esta es una negación del Evangelio. Si Judas no está en el infierno (como Benedicto XVI indica que es posible), entonces las palabras de nuestro Señor en Mateo 26, 24 serían falsas:
Mateo 26, 24: “¡ay de aquel hombre, por quien el Hijo del hombre es entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido”.
Si Judas no fue al infierno, entonces fue al purgatorio o al cielo. En ese caso, nuestro Señor (el Dios omnisciente) no habría dicho que mejor le fuera a Judas no haber nacido. Es muy claro y simple; pero estas simples verdades de la fe católica son todas lanzadas por la ventana por la secta anticatólica del Vaticano II.
Es muy interesante que, en su discurso, Benedicto XVI cita la primera parte de Mateo 26, 24 (“ay de aquel hombre, por quien el Hijo del hombre es entregado”), pero no la última parte (“Más le valdría a ese hombre no haber nacido”). Se puede ver su omisión de esa crítica parte del pasaje en la cita anterior. Eso es un ejemplo notable de un hereje, cortar la parte del Evangelio que no le gusta o quiere negar.
Para refutar aún más a Benedicto XVI, considérese el hecho de que nuestro Señor también dice que Judas “pereció” y lo llama “el hijo de la perdición”, que significa “el hijo de la condenación”. Judas también se quitó la vida, cometiendo el pecado mortal del suicidio.
Juan 17, 12: “y ninguno de ellos se perdió sino el hijo de perdición, para que la Escritura fuese cumplida”.
La Iglesia Católica siempre ha enseñado que Judas fue al infierno, basada en las claras palabras de nuestro Señor.
San Alfonso, Preparación para la Muerte, p. 127: “¡Pobre Judas! Más de 1700 años han transcurrido desde que él está en el infierno, y el infierno todavía está apenas comenzando”[134].
Pero al igual que los otros dogmas definidos sobre la salvación, incluso las más claras palabras y mensajes del Evangelio son negados por la no católica, manifiestamente herética secta del Vaticano II y sus antipapas.
Papa san Pío X, Pascendi, # 3, 8 de septiembre de 1907: “Añádase que [los modernistas] han aplicado la segur, no a las ramas, ni tampoco a débiles renuevos, sino a la raíz misma; esto es, a la fe y a sus fibras más profundas. Mas una vez herida esa raíz de vida inmortal, se empeñan en que circule el virus por todo el árbol y en tales proporciones, que no hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se esfuercen por corromper”[135].
¡Benedicto XVI respeta el camino de negación de Jesucristo de Hans Küng!
Para quienes no lo saben, el “teólogo” Hans Küng niega la infalibilidad papal y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, entre otras cosas.
Hans Kung
Hans Küng correctamente podría ser descrito como un arriano, ya que niega que nuestro Señor es de la misma sustancia que el Padre.
Benedicto XVI, La Sal de la Tierra, 1997, página 47: “P. ¿Y qué opina sobre Hans Küng, que esperaba ser rehabilitado? R. … Pero, en vez de retractarse de sus dudas sobre el papado, radicalizó sus posiciones y se distanció aún más de la fe de la Iglesia sobre la Cristología y sobre Dios trino. Yo respeto el camino que sigue según su conciencia, pero entonces no puede exigir el respaldo de la Iglesia, más bien tendrá que admitir que su pronunciamiento en cuestiones esenciales es absolutamente personal”[136].
Benedicto XVI no se limita a decir que respeta a Hans Küng, lo que sería bastante malo, sino que dice que respeta su camino; es decir, la negación de Jesucristo. Esto es apostasía total.
Benedicto XVI dice que es importante que cada persona pueda pertenecer a la religión de su elección
Benedicto XVI, discurso, 18 de mayo de 2006: “Asimismo, la paz se arraiga en el respeto de la libertad religiosa, que es un aspecto fundamental y primordial de la libertad de conciencia de las personas y de la libertad de los pueblos. Es importante que, en todo el mundo, cada persona pueda adherirse a la religión que quiera y practicarla libremente y sin miedo, pues nadie puede fundamentar su existencia únicamente en la búsqueda de un bienestar material”[137].
Según Benedicto XVI, es importante que cada persona pertenezca a la religión de su elección. Esto es más que indiferentismo religioso. Benedicto XVI luego explica su razón de decir: “porque nadie puede basar su vida en la búsqueda de la sola esencia material”. En otras palabras, la vida es más que una esencia material; existe una realidad espiritual, por lo que es importante adoptar alguna religión; ¡cualquier religión de su elección! ¡Qué apostata!.
Benedicto XVI pronuncia más herejía sobre la libertad religiosa, contradiciendo directamente la enseñanza dogmática del papa Pío IX
Benedicto XVI, discurso al embajador de España, 20 de mayo de 2006: “La Iglesia insiste también en el derecho inalienable de las personas a profesar sin obstáculos, tanto pública como privadamente, la propia fe religiosa, así como el derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación acorde con sus propios valores y creencias, sin discriminación o exclusión explícita o encubierta”[138].
Esto es precisamente lo contrario de la enseñanza infalible de la Iglesia Católica. ¡La Iglesia condena la misma cosa que él dice que esta insiste! Véase cómo se oponen claramente las enseñanzas de Benedicto XVI con la enseñanza dogmática del papa Pío IX. Observe especialmente la parte subrayada, y compárelo con la enseñanza de Benedicto XVI:
Papa Pío IX, Quanta Cura, # 3-6, 8 de diciembre de 1864, ex cathedra: “Y con esta idea de la gobernación social, absolutamente falsa, no dudan en consagrar aquella opinión errónea, en extremo perniciosa a la Iglesia católica y a la salud de las almas, llamada por Gregorio XVI, Nuestro Predecesor, de f. m., locura, esto es, QUE ‘LA LIBERTAD DE CONCIENCIAS Y DE CULTOS ES UN DERECHO PROPIO DE CADA HOMBRE, QUE TODO ESTADO BIEN CONSTITUIDO DEBE PROCLAMAR Y GARANTIZAR COMO LEY FUNDAMENTAL, Y QUE LOS CIUDADANOS TIENEN DERECHO A LA PLENA LIBERTAD DE MANIFESTAR SUS IDEAS CON LA MÁXIMA PUBLICIDAD ―YA DE PALABRA, YA POR ESCRITO, YA EN OTRO MODO CUALQUIERA―, sin que autoridad civil ni eclesiástica alguna puedan reprimirla en ninguna forma’. Al sostener afirmación tan temeraria no piensan ni consideran que con ello predican la libertad de perdición. … Por lo tanto, TODAS Y CADA UNA DE LAS PERVERSAS OPINIONES Y DOCTRINAS DETERMINADAMENTE ESPECIFICADAS EN ESTA CARTA, CON NUESTRA AUTORIDAD APOSTÓLICA LAS REPROBAMOS, PROSCRIBIMOS Y CONDENAMOS; Y QUEREMOS Y MANDAMOS QUE TODAS ELLAS SEAN TENIDAS POR LOS HIJOS DE LA IGLESIA COMO REPROBADAS, PROSCRITAS Y CONDENADAS”[139].
Benedicto XVI vs Enseñanza infalible de la Iglesia |
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La Iglesia insiste también en el derecho inalienable de las personas a profesar su propia fe religiosa sin obstáculos, tanto en público como en privado… |
… Los ciudadanos tienen derecho a LA PLENA LIBERTAD DE MANIFESTAR SUS IDEAS CON LA MÁXIMA PUBLICIDAD ―YA DE PALABRA, YA POR ESCRITO, YA EN OTRO MODO CUALQUIERA… [tales perversas opiniones] CON NUESTRA AUTORIDAD APOSTÓLICA LAS REPROBAMOS, PROSCRIBIMOS Y CONDENAMOS… |
Benedicto XVI niega la resurrección de los cuerpos
La resurrección de los cuerpos es un dogma muy importante. Además de formar parte del Credo de los Apóstoles, este dogma ha sido definido más que casi cualquier otro dogma de fe.
Papa Gregorio X, Segundo Concilio de Lyon, 1274, ex cathedra: “La misma sacrosanta Iglesia Romana firmemente cree y firmemente afirma que, asimismo, comparecerán todos los hombres con sus cuerpos el día del juicio ante el tribunal de Cristo para dar cuenta de sus propios hechos”[140].
Papa Inocencio III; 1215, ex cathedra: “… todos los cuales resucitarán con sus propios cuerpos que ahora llevan…”[141].
Papa Benedicto XII, 1336, ex cathedra: “… todos los hombres comparecerán con sus cuerpos ante el tribunal de Cristo, para dar cuenta de sus propios actos…”[142].
Benedicto XVI niega abiertamente este dogma y demuestra una vez más que él es un hereje manifiesto.
Benedicto XVI, Introducción al Cristianismo, 2005, página 139: “Esto indica claramente que la médula de la fe en la resurrección no consiste en la idea de la restitución de los cuerpos, a lo que nosotros la hemos reducido; todo esto es válido, aunque la Biblia haya cambiado la representación”[143].
Benedicto XVI, Introducción al Cristianismo, 2005, página 141: “Lo dicho anteriormente ha puesto de manifiesto en cierto modo de qué habla propiamente la predicación de la resurrección bíblica. Su contenido esencial no es la representación de una restitución de los cuerpos a las almas después de un largo período intermedio…”[144].
Benedicto XVI, Introducción al Cristianismo, 2005, página 143: “En pocas palabras, Pablo no enseña la resurrección de los cuerpos, sino de las personas; esto no se realiza en el retorno del cuerpo carnal …”[145].
Podemos ver que Benedicto XVI niega este dogma en su libro Introducción al Cristianismo al enseñar que san Pablo no enseña la resurrección de los cuerpos físicos, y que no consiste en la restauración de estos. Ésta es una herejía sorprendente.
Benedicto XVI hace la señal satánica del diablo
A continuación, vemos a Benedicto XVI haciendo la señal del diablo. Este gesto satánico es popular entre los satanistas y los grupos de rock satánico. Muchos hacen este gesto satánico con la mano, sin saberlo, porque están poseídos por el espíritu del mal. Algunos señalan que la señal del diablo es similar al gesto en lenguaje de señas que dice “te amo”. Eso es cierto, pero eso es probablemente porque la inventora del sistema del lenguaje para sordos, Helen Keller, era ella misma una ocultista y teósofa. Ella escribió un libro titulado Mi religión en el cual explica sus ideas[146]. Algunos creen que ella diseñó la señal “te amo” para que corresponda con la señal del diablo de manera que lo que se estaría diciendo es que él o ella ama a Satanás.
En todo caso, creemos que Benedicto XVI sí está haciendo la señal del diablo —la doble señal del diablo, de hecho— y que él sabe lo que está haciendo. Decimos esto porque, después de haber leído muchos de sus libros, podemos decir que él es claramente uno de los hombres más inteligentes del mundo, además de tener un conocimiento enciclopédico de las materias católicas. Puesto que él dice repetidamente en sus libros que uno es libre de no ver a Jesús como el Mesías (como lo hemos documentado), Benedicto XVI (siendo un hombre extremadamente informado) sabe muy bien que está predicando un nuevo evangelio anticristiano desde el interior de las estructuras físicas de la Iglesia Católica, a la vez que se hace pasar por el Papa que supuestamente está dedicado al Evangelio. Por lo tanto, él está plenamente consciente del malvado engaño que está promoviendo. Sólo una persona que rinde culto a sabiendas a Satanás o está muy controlado o poseído por Satanás podría hacer una cosa así.
CONCLUSIÓN ACERCA DE BENEDICTO XVI
Benedicto XVI es un hereje manifiesto. Hemos demostrado que no cabe duda al respecto. Él enseña un sinnúmero de herejías: que nuestro Señor puede no ser el Mesías; que la Antigua Alianza sigue siendo válida; que los judíos y otros pueden salvarse sin creer en Cristo; que los cismáticos y protestantes no necesitan conversión; que los acatólicos no están obligados a aceptar el Primer Concilio Vaticano; que se deben formar monasterios protestantes; que el protestantismo no es siquiera herejía; que la misa es válida sin las palabras de la consagración; que el bautismo de los infantes no tiene un propósito; que la Escritura está llena de mitos; que la falsa religión del islam es noble; que las religiones paganas son elevadas; que puede haber salvación fuera de la Iglesia; que los dogmas católicos deben ser purgados; que el Concilio Vaticano II rechazó la doctrina católica sobre la libertad religiosa; que la unidad de la Iglesia no existe; y que la resurrección de la carne no ocurrirá, por nombrar sólo algunas.
Puesto que él es un hereje, él no pudo haber sido una papa válidamente electo. Como vimos en la ya citada enseñanza solemne de Paulo IV ―en su bula del 15 de febrero de 1559, Cum ex apostolatus officio― de que es imposible que un hereje sea válidamente elegido papa.
Por lo tanto, según la doctrina de la Iglesia Católica, Benedicto XVI no es un papa, sino un antipapa no católico que los católicos deben rechazar por completo. Él gobernó la nueva religión del Vaticano II, un contracatolicismo que abandonó las tradiciones y los dogmas de la Iglesia Católica.
Una de las principales características de Benedicto XVI es que él es un mentiroso, un engañador. Él ha conseguido que muchos ―casi la mayoría― crean que es un conservador. Entre sus escritos o pronunciamientos también hay muchos pasajes que son aparentemente “conservadores”. Pero lo cierto, como hemos probado, es que él sostiene las increíbles herejías que hemos presentado aquí (y se podrían citar muchísimos otros ejemplos de herejías en los escritos y discursos de Benedito XVI). El doble lenguaje es una antigua táctica de los herejes para engañar a los incautos. Esto no es nada nuevo. El papa Pío VI, señaló que los herejes, inspirados por el diablo, siempre han usado esa táctica para inculcar las herejías y engañar a la gente.
Papa Pío VI, bula Auctorem fidei, 28 de agosto de 1794: “[Los antiguos doctores] conocían muy bien el astuto arte de engañar de los innovadores, los cuales temiendo ofender los oídos católicos cuidaban ordinariamente ocultarlos con fraudulentos artificios de palabras, para que entre la variedad de sentidos se introduzca con mayor suavidad en los ánimos el error oculto, y suceda que, corrompida por una ligerísima adición o mudanza la verdad de la sentencia, pase sutilmente a causar la muerte la confesión que obraba la salud.
El papa Pío VI señala que el camuflaje de las herejías en las afirmaciones que son ambiguas o aparentemente conservadoras o contradictorias era la táctica del hereje Nestorio, y que los católicos no pueden permitir que los herejes se salgan con la suya o los engañen con ellas:
Papa Pío VI, bula Auctorem fidei: “... Y por lo tanto, si en este género de cosas se llegase a cometer error, no se pueda defender con aquella engañosa excusa que suele darse, de que lo que tal vez por descuido se dijo en una parte con mayor dureza, se halla en otros lugares más claramente explicado y aun corregido; como si esta descarada licencia de afirmar y negar y contradecirse según su voluntad, que fue siempre la fraudulenta astucia de los innovadores para sorprender con el error, no fuese más propia para descubrirle que para ocultarle. […] Artificio a la verdad de lo más pernicioso el de introducir el error que con sabia penetración descubrió ya antes en las cartas de Nestorio, obispo de Constantinopla, y que refutó con reprensión gravísima nuestro predecesor Celestino; en las cuales cartas siguiéndole los pasos a aquel taimado, cogido y detenido, armado de su locuacidad, cuando envolviendo en tinieblas lo verdadero, y volviendo después a confundir uno, y otro, o confesaba lo que había negado, o pretendía negar lo que había confesado.
Los herejes siempre han usado la ambigüedad y el engaño para insinuar y difundir sus herejías y hacerlas parecer inofensivas. De hecho, el más engañoso hereje es por lo general el que mejor sabe usar las engañosas tácticas del diablo. El hereje Arrio difundió eficazmente su negación de la divinidad de Cristo, porque impresionó a la gente con su apariencia de ascetismo y devoción.
Papa Pío XI, Rite expiatis, # 6, 30 de abril de 1926: “... las herejías gradualmente afloran y crecen en la viña del Señor, ya sea propagada por los herejes manifiestos o por engañadores astutos que, debido a que profesaban cierta austeridad de vida y daban una falsa apariencia de virtud y piedad, fácilmente llevaban las almas débiles y sencillas por el mal camino”[147].
Lo mismo advierte el papa san Pío X de los herejes modernistas:
San Pío X, Pascendi, 8 de septiembre de 1907, introducción:
“Juntan a esto [los modernistas], y es lo más a propósito para engañar, una vida llena de actividad, constancia y ardor singulares hacia todo género de estudios, aspirando a granjearse la estimación pública por sus costumbres, con frecuencia intachables”.
El papa Pío VI concluye su punto dando a los católicos instrucciones sobre cómo tratar con ese engaño o ambigüedad entre los escritos de los herejes:
“Para rebatir estas astucias, renovadas con demasiada frecuencia en todas las edades, NO SE HA HALLADO OTRO CAMINO MÁS ACOMODADO QUE EL EXPONER LAS SENTENCIAS, QUE EMBOZADAS CON LA AMBIGÜEDAD, ENCIERRAN UNA PELIGROSA Y SOSPECHOSA DIVERSIDAD DE SENTIDOS, NOTAR LA SINIESTRA INTELIGENCIA A QUE ESTÁ ANEXO EL ERROR QUE REPRUEBA LA SENTENCIA CATÓLICA”. |
El papa Pío VI nos enseña que si alguien presenta una herejía velada en la ambigüedad, un católico debe exponer el significado herético y denunciar el significado herético que se camufla en la ambigüedad. Pero esto es de sentido común: si un hombre dice que está en contra del aborto, pero repetidamente vota a favor, él es un partidario del aborto y es un hereje. El hecho de que a veces diga que sigue la doctrina de la Iglesia contra el aborto no significa nada.
Del mismo modo, el hecho de que Benedicto XVI diga algunas cosas conservadores, ambiguas o contradictorias no cambia el hecho de que él enseña asombrosas herejías y que no es un católico.
La retratación de Benedicto XVI a su declaración sobre el islam revela su verdadera naturaleza como engañador
La mayoría de los que lean este libro probablemente han escuchado acerca de las controvertidas declaraciones de Benedicto XVI sobre Mahoma en un discurso en Baviera, el 12 de septiembre de 2006. En ese discurso, ahora famoso, Benedicto XVI citó a un emperador medieval que denunció la política de Mahoma (y por lo tanto del islam) como mala e inhumana.
Benedicto XVI, discurso en Baviera, 12 de septiembre de 2006: “En el séptimo coloquio… el emperador toca el tema de la yihad, la guerra santa… diciendo: ‘Muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malas e inhumanas, como su disposición de difundir por medio de la espada la fe que predicaba’. El emperador, después de pronunciarse de un modo tan duro, explica luego minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo insensato. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. ‘Dios no se complace con la sangre —dice—; no actuar según la razón syn logos es contrario a la naturaleza de Dios’”[148].
En el contexto, podemos ver claramente que Benedicto XVI no se limita a citar la declaración del emperador contra de la política de Mahoma, sino que hace suya la declaración del emperador.
Entonces, ¿por qué Benedicto XVI hace una declaración contra el islam? ¿Es porque él cree que el islam es malo? Por supuesto que no. Benedicto XVI ha dicho que el islam representa la “grandeza” (Verdad y Tolerancia, p. 204). Benedicto XVI está totalmente de acuerdo con la enseñanza del Vaticano II en favor del islam, como hemos visto ya. Benedicto XVI cree que Juan Pablo II ―que amaba a la falsa religión del islam y se comprometió en innumerables actos de apostasía alabándolo― era un gran papa digno de canonización. La razón por la que Benedicto XVI hizo esta declaración es simplemente porque su misión es, como ya hemos señalado, hacer ocasionalmente algunas declaraciones y cosas conservadoras con el fin de engañar a la gente con mentalidad tradicionalista para mantenerlas en las garras de la falsa Iglesia al mismo tiempo que predica la apostasía del Vaticano II. Y esta declaración conservadora tuvo su efecto deseado, hasta que Dios lo obligó a retractarse.
Inmediatamente después del discurso del 12 de septiembre Benedicto XVI, fuimos contactados por personas que en el pasado habían tenido problemas con las cuestiones relativas a si los antipapas son verdaderos papas. Uno de los individuos nos escribió e hizo referencia al discurso de Benedicto XVI sobre el islam; su fe en contra de la falsa iglesia claramente se debilitó. Es realmente patético y en realidad desagradable que por una declaración o acción conservadora por aquí o por allá del antipapa ―a pesar que el antipapa niegue a Cristo, rinda culto en la sinagoga, diga que no debemos convertir los protestantes, etc., etc., etc.―, esta persona tenga una fe tan débil como para olvidarse de todo lo que antes le hacia dudar de la falsa iglesia.
Pero muchos son de esa manera. No tienen una fe verdadera en Cristo, no odian el mal, o su fe es tan frágil como una pluma. Muchos de ellos pueden ser engañados por una sola sentencia conservadora aquí o allá, incluso viniendo de un más que documentado hereje público y apóstata que ni siquiera cree que Jesús es el Mesías, como lo hemos demostrado. Por eso Benedicto XVI, que está completamente bajo el poder del diablo, hace este tipo de cosas.
La verdad sale a la luz: Benedicto XVI pide disculpas por su discurso sobre el islam y dice que la declaración contra la enseñanza de Mahoma ¡“de ninguna manera expresa” su pensamiento personal!
Benedicto XVI, disculpa de su discurso del 12 deseptiembre, 2006: “En este momento sólo deseo añadir que me siento profundamente apenado por las reacciones suscitadas por un breve pasaje de mi discurso en la Universidad de Regensburg, que fue considerado ofensivo para la sensibilidad de los musulmanes. En realidad, ésta era una cita de un texto medieval, que de ninguna manera expresa mi pensamiento personal”[149].
Esto es muy, muy interesante en varios aspectos.
En primer lugar, esto es una PRUEBA ABSOLUTA DE QUE BENEDICTO XVI ES UN MENTIROSO Y UN IMPOSTOR. Esto demuestra que él es un mentiroso, porque ya vimos que claramente Benedicto XVI hizo suya la cita del emperador en el discurso pronunciado el 12 de septiembre. Eso es innegable. Pero ahora dice que la declaración del emperador de ninguna manera expresa su pensamiento personal, lo que contradice totalmente lo dicho el 12 de septiembre. Por lo tanto, no importa la forma como se mire, Benedicto XVI se ve atrapado en una tremenda mentira.
En segundo lugar, además de DEMOSTRAR que Benedicto XVI es un mentiroso y un impostor público, su declaración de que la cita del emperador de ninguna manera expresa su pensamiento personal demuestra que él es un apóstata. Porque frente a la reacción de su discurso, él tuvo todas las oportunidades para atenerse a su aparente posición de que el islam es malo. Se le presentó una gran oportunidad durante la turbulenta controversia para persuadir a la gente que la posición de su discurso se prueba como verdadera por la mala reacción de los musulmanes y el deseo de matar, pero no... él repudió la declaración contra el islam. Él siguió con lo mismo al iniciarse en el islam cuando oró hacia La Meca en una mezquita con un muftí, el 30 de noviembre de 2006.
Por lo tanto, lo que sin duda originalmente concibió como un plan ordenado por el diablo, a través de su antipapa Benedicto XVI, para hacer una declaración conservadora que engañaría a ciertos “tradicionalistas”, se frustró cuando Dios permitió que el plan fracasara después de la volátil reacción de los musulmanes ante la que Benedicto XVI tuvo que disculparse y revelar sus verdaderos sentimientos; destruyendo su credibilidad ante cualquiera que tenga ojos para ver que él es el mentiroso que ha demostrado ser.
Por tanto, no se deje engañar cuando el hereje manifiesto y descarado mentiroso antipapa Benedicto XVI dice o hace alguna cosa que es conservadora con la intención de engañar a los tradicionalistas. No se deje engañar si Benedicto XVI concede un indulto universal para celebrar la misa en latín en un momento en que la mayoría de los sacerdotes son inválidos y tienen que aceptar la apostasía del Vaticano II para tomar ventaja de ello. El diablo concederá todo esto siempre y cuando uno acepte la nueva religión de Benedicto XVI o acepte a Benedicto XVI y a sus "obispos" apóstatas como católicos mientras enseñan que Jesucristo y la fe católica no tienen sentido. No se deje engañar si él llega de otras maneras a los grupos de mentalidad tradicional para someterlos o traerlos de vuelta a la secta del Vaticano II. Nada de eso va a cambiar el hecho de que él es un hereje manifiesto que preside una secta no católica.
Todo esto es parte del engaño de los últimos tiempos que está predicho en la profecía católica.
Nuestra Señora de La Salette, Francia, 19 de septiembre de 1846: “Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo… la Iglesia será eclipsada”.
Esta profecía de La Salette coincide con las profecías de la Sagrada Escritura (Apocalipsis 17 y 18) de que la ciudad de las siete colinas (Roma) se convertirá en una ramera (una falsa iglesia), como cubrimos más tarde. La gran ramera profetizada en la Biblia no es la Iglesia católica; es una falsificación de la Iglesia católica (la secta del Vaticano II), la apóstata, la falsa esposa que surgirá en los últimos días para engañar a los católicos y eclipsar la verdadera Iglesia que será reducida a un remanente.
Hemos demostrado que el mensaje de Nuestra Señora de La Salette se ha cumplido ante nuestros ojos: Benedicto XVI y la secta del Vaticano II enseña que los judíos son perfectamente libres de no creer en Jesucristo. Esto está publicado en los libros de Benedicto XVI y del Vaticano; lo que demuestra que Roma se ha convertido en la sede del Anticristo: una serie de antipapas que han reinado desde Roma convirtiéndola en la sede del Anticristo.
Nuestro Señor también indica que en los últimos días se instalará “la abominación de la desolación en el lugar santo” (Mt. 24, 15). Él nos dice que habrá un engaño tan profundo que, si fuere posible, hasta los elegidos serían engañados (Mateo 24, 24). Incluso Él se pregunta si habrá algo de fe en la tierra:
Lucas 18, 8: "Pero el Hijo del hombre, cuando vuelva, ¿hallará por ventura la fe sobre la tierra?"
Este engaño ocurrirá en el mismo corazón de las estructuras físicas de la Iglesia ―en “el Templo de Dios” (2 Tes. 2, 4) y en “el lugar santo” (Mt. 24, 15)― y sucederá porque las personas no tendrán el amor de la verdad. Dios permite este castigo supremo como castigo por los pecados del mundo. En la actualidad vivimos en este engaño y apostasía. Las personas tienen que rechazar al antipapa Benedicto XVI, a los otros antipapas del Vaticano II, y a la nueva religión del Vaticano II.
Benedicto XVI es uno de los hombres más malvados de la historia humana, porque reclamó ejercer la autoridad de la Iglesia de Cristo, mientras enseñó que se puede ser libre de negar a Jesucristo. Él afirmó ser el papa a la vez que enseñó que las personas son libres de rechazar el papado. Afirmó ser el líder de la fe cristiana, mientras enseñó que nuestro Señor Jesucristo ni siquiera tiene que ser visto como el Mesías.
Bibliografía;
Vatican.va (2002) EL PUEBLO JUDÍO Y SUS ESCRITURAS SAGRADAS EN LA BIBLIA CRISTIANA (https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_20020212_popolo-ebraico_sp.html
[1] Reuters.com, 1 de diciembre de 2006.
[2] 30 Days Magazine, julio de 1990.
[3] Decrees of the Ecumenical Councils, Sheed & Ward and Georgetown University Press, 1990, vol. 1, pp. 550-
553; Denzinger, The Sources of Catholic Dogma, B. Herder Book. Co., trigésima edición, 1957, no. 39-40.
[4] Denzinger 712.
[5] https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_20020212_popolo-ebraico_sp.html
[6] https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_20020212_popolo-ebraico_sp.html
[7] Benedicto XVI (2005). Dios y El Mundo. Barcelona: Debolsillo, página 197.
[8] Benedicto XVI, Mi vida: Recuerdos (1927-1977), Encuentro, 2005, página 34.
[9] Zenit.org, noticias, 2000.
[10] Benedicto XVI, Dios y El Mundo. Barcelona: Debolsillo, 2005, página 141.
[11] The Sunday Sermons of the Great Fathers, Regnery, Co: Chicago, IL, 1963, vol. III, p. 223.
[12] Fotos de la sinagoga: European Jewish Press, http://www.ejpress.org
[13] Decrees of the Ecumenical Councils, vol. 1, p. 578; Denzinger 714.
[14] America, 3 de oct. de 2005.
[15] L’Osservatore Romano (the Vatican’s Newspaper), 25 de enero del 2006, edición inglesa, p. 2. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/january/documents/hf_ben-xvi_spe_20060116_rabbino-roma.html
[16] L’Osservatore Romano, 24 de enero de 2007, edición inglesa, p. 11.
[17] http://syriacchristianity.org/PZakka/PhotoGallery.htm
[18] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, páginas 236-237.
[19] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, página 238.
[20] Denzinger 1826-1827.
[21] Denzinger 469.
[22] The Papal Encyclicals, por Claudia Carlen, Raleigh: The Pierian Press, 1990, vol. 3 (1903-1939), p. 315.
[23] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, páginas 238-239.
[24] Denzinger 1831.
[26] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, 1985, páginas. 198-199.
[27] Denzinger 1824.
[28] Adista, 26 de feb. de 2001.
[29] L’Osservatore Romano, 24 de agosto de 2005, edición inglesa, p. 8. - https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2005/august/documents/hf_ben-xvi_spe_20050819_ecumenical-meeting.html
[30] Adista, 26 de feb. de 2001.
[31] L’Osservatore Romano, 24 de agosto de 2005, edición inglesa, p. 8.
[32] The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), p. 317.
[33] L’Osservatore Romano, Dec. 7, 2005, edición inglesa, p. 4. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/letters/2005/documents/hf_ben-xvi_let_20051126_bartholomew.html
[34] Fr. John Laux, Church History, Rockford, IL: Tan Books, 1989, páginas. 295-296.
[35] L’Osservatore Romano, 20 de sept. de 2006, p. 10.
[36] L’Osservatore Romano, 20 de septiembre del 2006, edición inglesa, p. 10. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/homilies/2006/documents/hf_ben-xvi_hom_20060912_vespri-regensburg.html
[37] The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), p. 317.
[38] BBC.com, 2006, http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/6194224.stm
[39] www.zenit.org, Zenit news report, Nov. 30, 2006, edición inglesa, https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/november/documents/hf_ben-xvi_spe_20061130_dichiarazione-comune.html
[40] The Papal Encyclicals, vol. 2 (1878-1903), pp. 400-401.
[41] L’Osservatore Romano, 23 de nov. de 2005, p. 9.
[42] L’Osservatore Romano, 6 de dic. de 2006, p. 6.
[43] L’Osservatore Romano, Nov. 15, 2006, p. 5.
[44] EKD Bulletin.
[45] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, página 243.
[46] https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/may/documents/hf_ben-xvi_spe_20060525_incontro-ecumenico.html
[47] L’Osservatore Romano, Nov. 29, 2006, edición inglesa, p. 6. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/november/documents/hf_ben-xvi_spe_20061123_archbishop-canterbury.pdf
[48] Citado en Catholic Family News, “Father Ratzinger’s Denial of Extra Ecclesia [sic] Nulla Salus”, julio de 2005, Editor’s Postscript, p. 11.
[49] http://www.nationalcatholicreporter.org/word/word081205.htm#protestant
[50] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, página 316.
[51] L’Osservatore Romano (the Vatican’s Newspaper), 09 de diciembre del 2005, edición inglesa, p. 5. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2005/december/documents/hf_ben_xvi_spe_20051209_methodist-council.html
[53] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, página 368.
[54] Catholic News Service, 2005
[55] L’Osservatore Romano, August 24, 2005, p. 19; Zenit News Report, Aug. 17, 2005.
[56] L’Osservatore Romano, August 24, 2005, p. 9.
[57] Benedict XVI, General Audience, Aug. 16, 2006; L’Osservatore Romano, August 23, 2006, p. 11.
[58] Citado por el Papa Gregorio XVI en Summo Iugiter Studio #5, May 27, 1832: Las Encíclicas Papales, vol. 1 (1740-1878), p. 230.
[59] Benedicto XVI, Convocados en el camino de la FE, Sankt Ulrich Verlag, 2002, página 255.
[60] Benedicto XVI, Convocados en el camino de la FE, Sankt Ulrich Verlag, 2002, página 258.
[61] The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 229.
[62] Benedicto XVI, La Fraternidad de los Cristianos, Ediciones Sígueme, 2004, páginas. 110-111.
[63] The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), p. 242.
[64] L’Osservatore Romano, August 30, 2006, pp. 6-7.
[65] L’Osservatore Romano, 29 de noviembre del 2006, edición inglesa, p. 2 . https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/october/documents/hf_ben-xvi_spe_20061027_christian-communions.html
[66] Benedicto XVI, Convocados en el camino de la FE, Sankt Ulrich Verlag, 2002, página 239.
[67] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, página 452.
[68] Denzinger 695.
[69] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, página 49.
[70] Benedicto XVI, Dios y El Mundo. Barcelona: Debolsillo, 2005, página 380.
[71] Denzinger 1792.
[72] Benedicto XVI, Un canto nuevo para el Señor, Ediciones Sígueme, Salamanca, 2005, página 86.
[73] The Papal Encyclicals, vol. 2 (1878-1903), p. 335.
[74] Benedicto XVI, Dios y El Mundo. Barcelona: Debolsillo, 2005, páginas 154-155, 157.
[75] Benedicto XVI, Dios y El Mundo. Barcelona: Debolsillo, 2005, página 143.
[76] Benedicto XVI, Dios y El Mundo. Barcelona: Debolsillo, 2005, página 72.
[77] Benedicto XVI, Dios y El Mundo. Barcelona: Debolsillo, 2005, página 130.
[78] Decrees of the Ecumenical Councils, vol. 1, p. 479.
[79] Warren H. Carroll, A History of Christendom, Front Royal, VA: Christendom Press, 1993, vol. 3 (The Glory of Christendom), p. 571.
[80] L’Osservatore Romano (the Vatican’s Newspaper), 27 de septiembre del 2006, edición inglesa, p. 11. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2006/documents/hf_ben-xvi_aud_20060920.html
[81] L’Osservatore Romano, 03 de enero del 2007, edición inglesa, p. 7. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/december/documents/hf_ben_xvi_spe_20061222_curia-romana.html
[82] Benedicto XVI, La Sal de la Tierra, Ediciones Palabra, S.A., 1997, página. 119
[83] Benedicto XVI, Fe Verdad y Tolerancia, Ediciones Sígueme. Salamanca, 2005, páginas. 177-178
[84] L’Osservatore Romano, 24 de agosto del 2005, edición inglesa, p. 9. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2005/august/documents/hf_ben-xvi_spe_20050820_meeting-muslims.html
[85] L’Osservatore Romano, 31 de agosto del 2005, edición inglesa, p. 11. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2005/documents/hf_ben-xvi_aud_20050824.html
[86] L’Osservatore Romano, 31 de Agosto del 2005, edición inglesa, p. 11. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20060925_ambasciatori-paesi-arabi.html
[87] L’Osservatore Romano, 25 de octubre del 2006 , p. 1. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/angelus/2006/documents/hf_ben-xvi_ang_20061022.html
[88] L’Osservatore Romano, 13 de diciembre del 2006, edición inglesa, p. 11. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2006/documents/hf_ben-xvi_aud_20061206.html
[89] L’Osservatore Romano, 06 de diciembre del 2006, edición inglesa, p. 2. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/november/documents/hf_ben-xvi_spe_20061128_pres-religious-affairs.html
[90] Benedicto XVI, Convocados en el camino de la FE, Sankt Ulrich Verlag, 2002, página 282.
[91] https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20060912_university-regensburg.html
[92] Reuters.com, viernes, 1 de diciembre 2006.
[93] L’Osservatore Romano, 13 de diciembre del 2006, edición inglesa, p. 11. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2006/documents/hf_ben-xvi_aud_20061206.html
[94] Zenit.org, Zenit news report, Feb. 21, 2002.
[95] L’Osservatore Romano, 13 de septiembre 2006, edición inglesa, p. 3. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/letters/2006/documents/hf_ben-xvi_let_20060902_xx-incontro-assisi.html
[96] Benedicto XVI, Dios y El Mundo. Barcelona: Debolsillo, 2005, página 354
[97] The Life and Letters of St. Francis Xavier por Henry James Coleridge, S.J. (Originally published: London: Burns and Oates, 1874) Second Reprint, New Delhi: Asian Educational Services, 2004, vol. 1, p. 154.
[98] The Papal Encyclicals, vol. 4 (1939-1958), p. 113.
[99] Benedicto XVI, La Sal de la Tierra, Ediciones Palabra, S.A., 1997, página 11.
[100] The Papal Encyclicals, vol. 2 (1878-1903), p. 307.
[101] L’Osservatore Romano, 13 de septiembre 2006, edición inglesa, p. 7. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/homilies/2006/documents/hf_ben-xvi_hom_20060910_neue-messe-munich.html
[102] The Papal Encyclicals, vol. 2 (1878-1903), p. 304.
[103] L’Osservatore Romano, 6 de diciembre 2006, p. 4. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/november/documents/hf_ben-xvi_spe_20061128_diplomatic-corps.html
[104] L’Osservatore Romano, 20 de septiembre 2006, edición inglesa, p. 11. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20060912_university-regensburg.html
[105] The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), p. 76.
[106] Benedicto XVI, La Sal de la Tierra, Ediciones Palabra, S.A., 1997, página 11.
[107] Benedicto XVI, Fe Verdad y Tolerancia, Ediciones Sígueme. Salamanca, 2005, páginas 180.
[108] Denzinger 714.
[109] Benedicto XVI, Co-Workers of the Truth, Ignatius Press, 1990, p. 217.
[110] The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 201.
[111] Benedicto XVI, La Sal de la Tierra, Ediciones Palabra, S.A., 1997, página 14.
[112] Benedicto XVI, La Fiesta de la Fe, Editorial Desclée De Brouwer, 1999, página 176.
[113] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, páginas 116, 118.
[114] Benedicto XVI, Principles of Catholic Theology, Católica, p. 100.
[115] Denzinger 1792.
[116] Benedicto XVI, Principles of Catholic Theology, p. 378.
[117] Benedicto XVI, In the Beginning (A Catholic Understanding of the Story of Creation and the Fall), Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Co., 1986, p. 72.
[118] Véase la sesión V del Concilio de Trento (17 de jun. de 1546), Denzinger 787.
[119] Benedicto XVI, Introducción al Cristianismo, Ediciones Sígueme, S. A, 2005, página 129.
[120] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, páginas 457-458.
[121] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, página 462.
[122] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, página 469.
[123] Benedicto XVI, Dios y El Mundo, Barcelona: Debolsillo, 2005, páginas 412, 413.
[124] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, página 276-277.
[125] Denzinger 705.
[126] Benedicto XVI, Co-Workers of the Truth, p. 29.
[127] Denzinger 86.
[128] The Papal Encyclicals, vol. 2 (1878-1903), p. 389.
[129] The Papal Encyclicals, vol. 2 (1878-1903), p. 390.
[130] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, página 276.
[131] Benedicto XVI, Principios de la Teología Católica, Editorial Herder, 1985, página 176.
[132] The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), p. 315.
[133] L’Osservatore Romano, 18 de octubre de 2006, edición inglesa, p. 11. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2006/documents/hf_ben-xvi_aud_20061018.html
[134] San Alfonso de Ligorio, Preparation for Death, Tan Books, Abridged Version, p. 127.
[135] The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), p. 72.
[136] Benedicto XVI, La Sal de la Tierra, Ediciones Palabra, S.A., 1997, página. 47.
[137] L’Osservatore Romano, 18 de mayo de 2006, edición inglesa, p. 5. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/may/documents/hf_ben-xvi_spe_20060518_ambassadors.html
[138] L’Osservatore Romano, 7 de junio de 2006, edición inglesa, p. 4. https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2006/may/documents/hf_ben-xvi_spe_20060520_ambassador-spain.html
[139] Denzinger 1690, 1699.
[140] Denzinger 464.
[141] Denzinger 429.
[142] Denzinger 531.
[143] Benedicto XVI, Introducción al Cristianismo, Ediciones Sígueme, S. A, 2005, página 139.
[144] Benedicto XVI, Introducción al Cristianismo, Ediciones Sígueme, S. A, 2005, página 141.
[145] Benedicto XVI, Introducción al Cristianismo, Ediciones Sígueme, S. A, 2005, página 143.
[146] Texe Marrs, Codex Magica, Austin, TX: Rivercrest Publishing, 2005, pp. 120, 134.
[147] The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), p. 294.
[148] http://www.30giorni.it/articoli_id_11805_l2.htm
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Ya está en el infierno junto con el Anticristo (Juan Pablo II).
Muy buenas las citas explicadas del papa Pio VI
Todo lo que se explica aquí,bien aplica a los falsos papas del concilio Vaticano II, y sus mentiras y ni se diga del falso profeta de Bergoglio.
¡Ay, ay estos últimos antipapas de la historia! Herejes magnos, escandalosos. Qué bien oculto, solapado, disimulado, tenían todas su execrables abominaciones. Falsos, mentirosos, el peor castigo de los últimos tiempos. Quisiera vomitar, desleer todas estas maldades de estos entes por ser espantoso. ¡Miren, pues, novus ordistas, sus «santos»!
Cansada de leer las atrocidades de Maledicto XVI…
Y aún me faltan las Bergoglianas…